No. 181 Miércoles 24 de diciembre de 2008

Cometen un error imperdonable los que acusan a Alfredo Jalife de antisemita. Él indica que al ser semita no puede odiarse a sí mismo, pero ésta no es una regla, pues hay muchos que odian a sus semejantes, como sería el caso de los agentes hispanos integrantes de la migra.

Jalife es profundamente antijudío, aunque le tiene un temor del demonio a la palabra judío. ¿Es cobardía o ignorancia? No hay razón para temer, ya que no hay un rabino en el mundo encubriendo de mandato divino la orden de matar gente o sugiriendo/exigiendo la desaparición de un pueblo.

Con toda su sapiencia Jalife –me resisto a creer que es un error- siempre que se quiere referir a los judíos dice israelíes; y aunque existe la ley del retorno, que le otorga nacionalidad israelí al judío que la solicita, el ser judío no hace israelí en automático a nadie como tampoco todos los israelíes son judíos; ahí hay musulmanes, católicos, cristianos, budistas, etcétera. Información sorpresiva para la mente que ha optado por odiar.

Si se sale de la “confusión” tendría que hablar de la banca judeo-anglosajona –whatever that means- con la dificultad para probar su dicho. Empezando porque los judíos no poseen los grandes bancos. Me extraña –aunque no mucho- que no mencione a los bancos japoneses o españoles ahora que habla de crisis; en cambio insiste en hablar de la banca israelí, que no pinta en importancia. No vaya a salir con que los dueños de Santander o BBVA son judíos secretos, esos que fueron obligados por la inquisición a convertirse al catolicismo a riesgo de perder sus posesiones o/y ser quemados en la hoguera.
No soy nadie para corregir a un hombre tan preparado como Jalife, pero el sionismo es una doctrina que aboga por el regreso del pueblo judío a la tierra de Israel, a su centro histórico y espiritual; sólo en las mentes enfermizas de los antijudíos es una maniobra para apoderarse de mundo. Aunque pensándolo bien, señor Jalife, si los judíos quisiéramos apoderarnos del mundo hace mucho que lo hubiéramos hecho.

Hablar de banca sionista parece una ficción o un recurso para evitar nombrar a su Némesis; hablar de banca judía implica demostrar que los judíos, como pueblo organizado, controlan a los bancos y tienen un diseño mundial; esto tiene tufo a los Protocolos de los sabios de Zion, los que se ha demostrado hasta la saciedad que son apócrifos y producto de una postura antisemita. Si Mr. Jalife odiara una parte de los semitas sí hace antisemita al que odia.
Jalife es un experto en tautología. Leo su columna del domingo 20 de diciembre de 2008, en La Jornada, y la demostración de su dicho son sus propias columnas.

Leo argumentos delirantes y cifras fantasiosas: Al Qaeda está manejada por el Mosad (vuelta a que el 11 de septiembre fue obra de los judíos) y los servicios de inteligencia israelíes manejan sus fondos en un fondo de inversión en Estados Unidos. Es muy posible que el gobierno de Israel haya perdido el control sobre los fondos públicos y las cantidades monumentales que manejan sus fuentes de inteligencia –seguramente aportadas por el judaísmo mundial- se coloquen financieramente para desquiciar al sistema financiero mundial si es necesario. Eso podrá demostrarlo Jalife en otra columna auto citándose. Él sostiene que el Mosad mandó asesinar a los rabinos de un grupo religioso que se estableció en Mumbai para atender a soldados israelíes liberados que van a India en viaje espiritual. Diría Jalife que están copiando las tretas y auto ataques de Hitler; finalmente el tirano, como recuerda Trueba Lara, dijo que había derrotado a la democracia con la democracia. Para Jalife, seguramente el Mosad piensa que derrotará al terror con el terror. Pero no quiero poner palabras en la pluma de autor tan bien intencionado.

Hay judíos cuyo comportamiento ético es reprehensible, pero, ¿qué tipo de mente puede calificar al pueblo judío, a los sionistas y a los israelíes de poco éticos? Acaso el señor Jalife requiere una explicación de la diferencia entre los tres. En su preocupación por la salud del mundo, ¿es necesario especificar la religión de cualquier defraudador?; ¿merecemos saber si el criminal es católico, musulmán o budista? ; ¿o sólo es noticia si es judío?

Yo sugiero que la lista de personas que alimenta la paranoia del señor Jalife cese sus cartas. Él está muy bien acompañado de antisemitas declarados como Henry Ford, Salvador Borrego, Carlos Abascal, Germán Martínez (nuevo presidente del PAN); aunque solamente le falta decir que descubrió su nombre en una lista de eliminación del Mosad, y luego lo demuestre citándose a sí mismo.

No es que Jalife sea tan importante, pero no podemos dejar pasar como si nada las diatribas antisemitas. Nunca más.

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