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30 Agosto 2011
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Cárdenas, el PAN y los casinos

Héctor Franco Sáenz

Monterrey.- La pregunta era muy simple y se hacía con la intención de contrastar opiniones para al ponderarlas construir la propia. Se le hizo a una persona preparada, a la que se ve con frecuencia, de regular posición social y que cuenta hasta con estudios de maestría. La pregunta fue: ¿Cuáles cree usted que sean las causas de fondo que condujeron a la tragedia del casino el jueves pasado?

La persona, sin mucho batallar, casi en forma automática, responde: “la culpa es del PRI, porque fueron muchos años de corrupción que han conducido a que se presenten hechos tan abominables como este”. Me sorprendió la celeridad de la respuesta, llegando a pensar después de manera positiva, que tal expresión se hizo con la idea de generar polémica, pero nada de eso, la opinión fue tajante.

Sin entrar en detalles de la aseveración, de si tiene razón o no (eso que lo haga el PRI), luego con calma, pensamos lo valioso de la opinión para el análisis, desde múltiples aristas, como algunas de las siguientes:

La pobreza cultural que nos muestra, que por más grados académicos que se tengan, mucha gente opina pero no profundiza en el análisis, la mayoría de las veces porque no conoce.

El condicionamiento que los medios de comunicación han creado en importantes sectores de la población que han hecho de la descalificación, todo “un acto reflejo”

El daño que han hecho a la sociedad las versiones simplificadoras de la historia, como las de “Catón” o Krauze, o textos que en realidad no son más que novelas hechas con fines mercantiles o literarios, escritas de manera agradable y placentera, que el común de la gente considera como ciertos, dado su nivel de conocimientos.

El imperio de la manipulación ideológica y una cultura de la superficialidad que impide ver el fondo de las cosas

Sobre cuáles son los resultados de la escolarización a que se refería el Primer Ministro inglés.

En fin, pueden existir otras vertientes para el análisis, mas la intención de la pregunta era sólo saber hasta qué grado la población percibe la manipulación de la que es objeto, de cómo se va por las formas (como en los tests de la Gestalt) que le impiden ver el fondo, como en este caso viene a ser el reflejo de una compulsión política, mediática, “por salir en la foto” y lucrar con la tragedia con miras al 2012, en vez que de manera seria y responsable, ir sobre lo que está en el fondo de estos hechos, o sea, buscar la causa de la causa de lo causado, como se dice en el campo jurídico.

Entre los antecedentes de los casinos en México, como lugares exclusivos para personas de altos recursos, destaca el de “Agua Caliente”, que se instala en Tijuana como una estrategia para atraer el turismo norteamericano, cuando en los EUA se decreta la “ley seca” en la década de los veinte, ley que prohibía el juego y la bebida.

La historia registra que los presidentes de entonces, Calles y Abelardo L. Rodríguez, autorizaron (y el segundo hasta fue socio) que se instalaran casinos en Ensenada y Tijuana, destacando el de “Agua Caliente”, tanto por lo suntuoso de sus instalaciones como por quienes acudían, entre ellos los más importantes actores de Hollywood y empresarios de diferentes lugares del mundo.

Al poco tiempo, el general Lázaro Cárdenas es Presidente de la República (1934-1940) y consideró, como lo señala en sus Memorias, que: “La Revolución en su primer impulso generoso suprimió los centros de vicio y explotación, pero este impulso moralizador fue perdiéndose hasta culminar en la apertura de grandes centros de juego como los de Agua Caliente, el Tecolote, Foreign Club y otros en Baja California”. Por dichas razones decidió expropiarlos y prohibir mediante la ley, la instalación de casinos y casas de apuestas, convirtiendo el de “Agua Caliente” en un complejo educativo con dos secundarias técnicas y una preparatoria técnica con internado.

El pensamiento y la visión de Cárdenas (fundador del PNR, organización de la que nace el PRI), adquirió status de ley, misma que se intentó cambiar en el gobierno de Miguel Alemán, pero es hasta el gobierno de Vicente Fox (del PAN), en septiembre del 2004, cuando rebasando a la Cámara de Diputados, el Ejecutivo decreta un nuevo “Reglamento de Juegos y Casinos”, promovido por Santiago Creel Miranda como Secretario de Gobernación, hoy aspirante a la presidencia por el mismo partido.

Ese objetivo como tal, de parte de Acción Nacional venía desde tiempo atrás, porque según el estudio: “La apertura de casinos en México” de Erika Rueda Ramos1, en la Cámara de Diputados: “El principal precursor de este tema, además de algunos empresarios, es el Partido Acción Nacional, que desde 1993 ha trabajado en el proyecto de reforma de ley”, argumentando en los beneficios que acarrearía su aprobación.

La polémica existió, más el interés, hasta este momento, venció a la razón y a la “moral pública”, con el pretexto de impulsar el turismo extranjero, mientras sus oponentes señalaban los problemas que iban a acarrear, como el de la criminalidad e inclusive el daño a la soberanía nacional, en virtud de que “el crimen organizado ha penetrado en amplios sectores de poder y los casinos podrían ser su consolidación”, señaló el diputado priista, César Raúl Ojeda, según el trabajo citado.

Interesante fue la opinión del jurista Ignacio Burgoa Orihuela, quien dijo: “Yo estoy a favor de los casinos como fuente de ingresos, pero exclusivamente para los turistas, porque un casino puede, indiscriminadamente, ser fuente de vicio, por el juego, ¡cuántos crímenes se cometen por el juego!, además de suicidios, eso debería evitarse. Que nada más jueguen los extranjeros que acrediten su condición de turistas, no de inmigrantes”.

Muchas personas opinaron en contra por la manera en que iría a dañar a la sociedad, entre ellos intelectuales y catedráticos, quienes señalaron que los costos sociales serían mayores a los beneficios económicos esperados, como el aumento de la criminalidad en los lugares donde se instalen los casinos y el surgimiento de jugadores compulsivos; todo con grave repercusión en el ámbito familiar.

Cuando Fox y Creel cometieron su felonía, la Cámara de Diputados, presidida por Manlio Fabio Beltrones, interpuso ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación una controversia constitucional el 15 de octubre de 2004, por considerar que el decreto de marras, violaba la “Ley Federal de Juegos y Sorteos” vigente desde Cárdenas, misma que había experimentado algunas modificaciones que no afectaban el espíritu de la misma, pero por esas cosas raras de la justicia en México, la Corte resolvió a favor del ejecutivo, en el 2005.

Así cubierto todo el andamiaje, Fox y Creel tuvieron oportunidad de cumplir sus compromisos, expidiendo 396 permisos a partir del decreto de referencia, 193 de ellos en un solo día2, resaltando entre sus beneficiados Vázquez Raña y Televisa, antes de que Creel renunciara para ir, como ahora, en busca de la presidencia.

Hoy, todos pagamos las consecuencias, Monterrey pasa por un profundo drama, mientras, en lugar de restablecer el pensamiento de Cárdenas y exigir el cierre de los casinos, las voces más críticas también optan por lo superficial y a lo más que llegan es a exigir que los dueños cumplan con los reglamentos, o como el diario que en su encabezado dice: “Claman miles en Macro: ¡que renuncie Medina!”3 como si esa fuera la solución, en vez de reclamar el cierre de los casinos por el dolor y el daño que causan a la sociedad.

Además, el titular del periódico es un reflejo la manipulación mediática señalada, es lo que “la gente ve”, ello porque al inicio de la nota dice que “alrededor de dos mil personas” (subrayado nuestro) acudieron a protestar contra la violencia el domingo pasado, cantidad de hecho preocupante, dado que fue convocada por organismos de las cúpulas empresariales, algunos agrupaciones de la sociedad civil y alentada por el propio medio, que con este tipo de acciones pone en entredicho su imparcialidad, valor propio del periodismo y la seriedad de su trabajo.

Los costos sociales ya no son algo del futuro, la sociedad los está sufriendo y pagando, costos sociales que con toda claridad el general veía desde 1937. Hoy los casinos no están sólo en Monterrey, se ubican por toda el área metropolitana, aún en sectores populares y en municipios foráneos, pagando sus consecuencias personas inocentes.

Lo dicho con anterioridad busca ser no una opinión superficial, de que si un partido u otro sea el responsable como dijo la persona amiga, ello porque como dicen los jueces o los magistrados, todo “consta en autos”.

Notas
1).- La apertura de casinos en México. Erika Rueda Ramos. Facultad de Estudios Superiores Aragón de la Universidad Nacional Autónoma de México el 5 de diciembre de 1996.
2).- “Acusan a panistas por proliferación de casinos” Jesusa Cervantes, Proceso, 28 de agosto de 2011.
3).- Periódico “El Norte”, nota de Osvaldo Robles, primera plana, 29 de agosto de 2011.

 


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