Con paciencia y nos amanece
Filiberto Pinelo Sansores

Mérida.- En esta etapa del México que nos toca vivir observamos dos hechos destacados: uno, que el país está dando pasos grandes hacia un porvenir que será mejor que lo vivido en todas las etapas anteriores y dos, que queda mucho por hacer porque son grandes los desafíos que se tienen por delante, fruto de la rémora de gobiernos corruptos, elitistas y antipopulares que durante lustros succionaron la sangre del país sirviéndose inmisericordemente de él hasta dejarlo exangüe.

El México que dejaron aquellos estaba lleno de carencias en todos los sentidos, no sólo materiales sino espirituales porque el ejemplo que sus políticos, sus magistrados, sus lacayos de la gran prensa, sus líderes sindicales y todos aquellos que actuaban en su nombre, era imitado por una parte de la población que replicaba sus conductas. Después de décadas de prácticas inducidas es difícil cortarlas de tajo.

Esto explica por qué todavía hay personas o sectores que practican actos de corrupción tanto dentro como fuera del gobierno; que haya poblaciones enteras que, por ejemplo, practican el huachicol o protegen a bandas de delincuentes cuando son perseguidas por el Ejército o la Guardia Nacional; o que desde cargos públicos haya quienes intenten evadir los principios de lealtad, honestidad, transparencia y amor al pueblo que se exige a quienes integran los gobiernos de la 4T.

Están a la vista de todos los grandes esfuerzos que hace el gobierno federal para combatir la corrupción, que es causa de que se pierdan vastos recursos que servirían para resolver muchas de las carencia y grandes problemas que padecemos los mexicanos; sin embargo, no faltan los traidores a la confianza depositada en ellos por quienes los contrataron, que intentan embolsarse recursos que desvían.

Un ejemplo es que tuvo que suspenderse una licitación de medicinas e insumos médicos para surtir a todos los hospitales y clínicas del sistema de salud federal porque sus autores fueron descubiertos cuando efectuaban la maniobra que de haber cuajado hubiera dejado una enorme suma de miles de millones de pesos desviados a repartirse entre los coludidos. Si bien se paró el desvío, eso repercutió, obviamente, en el abasto de estos bienes en todo el país, con perjuicio de miles de derechohabientes de aquellos centros de atención.

Un hecho como este, constituye, evidentemente, una enorme piedra en el camino de sanear al país y de acelerar la marcha hacia el objetivo de constituir un sistema de salud mucho mejor que el que tenemos; pero muestra, asimismo, que dentro del gobierno de la 4T existen ya mecanismos que impiden que los traidores al movimiento se salgan con la suya. Dentro de él se han creado instituciones de defensa, en el caso que nos ocupa, la Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno, que permiten combatir con eficacia este mal endémico.

¿Qué hubiera ocurrido si todavía gobernara alguno de los gobiernos anteriores? No sólo se hubiera consumado el atraco sino que quien fuera el mandatario hubiera recibido su parte y hubiera alentado a quien lo cometió como cuando en un evento masivo Peña Nieto alentó a quien cometió la hasta hoy impune “Estafa Maestra”, Rosario Robles, gritándole “¡Aguanta Rosario!”, que le costó al país miles de millones que fueron a parar a bolsillos de unos cuantos políticos.

No puede ignorarse que hay sectores de la población que por su situación de pobreza y marginación son cooptados por grupos criminales para que los ayuden en sus actividades de tráfico de enervantes, robo en carreteras o saqueo a los ductos de Pemex y que combatirlos cuesta vidas de soldados, policías, miembros de la Guardia Nacional, etc.

En el caso del robo a ductos de Pemex, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en el primer bimestre del año 2025, el Estado de México fue el primer lugar de este delito con 172 carpetas de investigación, le siguen Puebla con 147, Nuevo León con 137, Hidalgo con 113 y Veracruz con 79, como los 5 primeros.

Recientemente, un percance en la extracción ilícita de combustible ocasionó la muerte de seis personas en un poblado del municipio de Otumba, Estado de México, cuando las víctimas realizaban labores para construir un acceso subterráneo con la intención de conectarlo con un ducto de hidrocarburos. Sin embargo, parte del terreno colapsó y los sepultó. Pobladores de aquel se unieron para impedir que elementos de Protección Civil rescataran a los cuerpos.

Son polvos de aquellos lodos que todavía quedan como bolsones dispersos en algunos territorios de nuestra geografía nacional

Sin embargo, persiste en el gobierno del pueblo la actitud de no cejar en el esfuerzo por transformar al país, a pesar de la derecha que se opone a todo lo que hace mintiendo y deformando la realidad. Los avances en materia de seguridad son evidentes: del 1 de octubre de 2024 al 31 de mayo de 2025, en sólo 8 meses, bajó en el país el homicidio doloso en 26 por ciento; lo mismo ocurrió en otros rubros del delito; pero los corifeos de la corrupta clase política y empresarial prianista no dejan de hablotear desde sus curules o negocios comunicativos para que el pueblo crea lo contrario de lo que sus ojos ven.

En los últimos tiempos, han llegado al extremo de ponerse de parte de un gobierno extranjero, el de Donald Trump, en su actitud agresiva contra nuestros migrantes en Estados Unidos, llamándolo a intervenir en nuestro país, con la mentirosa especie de que nuestra presidenta alentó las manifestaciones contra las redadas de migrantes en Los Ángeles. En el Congreso de la Unión, la mayoría de diputados y senadores propuso enviar una protesta por escrito al gobierno gringo por el trato a nuestros connacionales. La derecha se rehusó.

El carga maletas de Alito Moreno, el senador Manuel Añorve, justificó desde la tribuna la traición a México de la derecha extranjerizante al decir que “lo que hoy vive México no es una casualidad, sino el resultado directo de un gobierno atrapado en sus contradicciones”. Y Ricardo Anaya, coordinador del PAN, lo secundó diciendo que “los migrantes necesitan abogados para defenderse de deportaciones injustas, no discursos políticos”. Con eso, se negaron a firmar.

Es cuestión de tener paciencia para ver cómo se irán obteniendo los logros que el país anhela, a pesar no sólo del enemigo externo sino del interno que, como en los tiempos de Miramón y de Mejía, parece no tener patria.