Monterrey.- Según datos del gobierno del estado y del INEGI, Higueras se localiza al noreste del estado de Nuevo León en la región denominada Llanura Costera del Golfo, a 56 kilómetros de la Ciudad de Monterrey. Limita al norte con Sabinas Hidalgo y Salinas Victoria, al sur; con Dr. González y Marín, al este; con Agualeguas y Cerralvo, al este; y al oeste, con General Zuazua y Ciénega de Flores. Todos municipios de gran afecto familiar por estar allí recuerdos de niñez y adolescencia felices y de vida cercana a prácticas no citadinas; además, en sus panteones se conservan los restos de gente muy querida por mí y mis ancestros.
Su altura sobre el nivel del mar es de 490 metros y tiene una extensión territorial de 600.2 kilómetros cuadrados. En 2020, la población fue de 1,386 habitantes (52.2% hombres y 47.8% mujeres). En comparación a 2010, la población en Higueras decreció un -13%. En 2020, 39.9% de la población se encontraba en situación de pobreza moderada y 8.03% en situación de pobreza extrema.
Siguiendo con el contexto diremos que el Municipio de Higueras es conocido como la “capital del orégano” en México, debido que es el principal productor en el país. El orégano es parte fundamental de la gastronomía del noreste de México y ha sido integrado como uno de los atractivos principales en los productos gastronómicos de este cercano municipio.
Su agricultura es de temporal, o de secano, como se dice científicamente; hay confianza en la calidad del suelo, a pesar de sólo tener lluvias de temporal, se cuida mucho que no se maltrate la tierra y prevalecen mezquites o algarrobos para los europeos, algunos olivos y almendros para extraer aceite. Para admiración nuestra, la Facultad de Agronomía de la UANL tiene en Marín un espacio, cercano a Higueras, dedicado a la conservación de la flora y fauna nativa, cuyas especies son de importancia en los aspectos alimenticios, ornamental-ecológico, medicinal, entre otros. Ante el rescate de lo nacional en estos tiempos del siglo XXI, da gusto que la universidad motive a las nuevas generaciones a conservar naturaleza en nuestra zona.
Higueras se fundó en 1697 por el capitán Diego González, con el nombre de hacienda de Santa Teresa de Higueras, debido a la abundancia de esta planta en la región. Se erigió en villa el 18 de febrero de 1863 porque ya contaba con 1000, habitantes y Santiago Vidaurri da la categoría de villa. La parte antigua del panteón da cuenta de estas fechas del siglo XIX. Es la cuna de Ruperto Martínez 1831-1868 coronel, Militar y político que combatió durante la Intervención Francesa en nuestra zona.
Hoy día la ubicación cercana a Monterrey y la presencia de atractivos turísticos, como Paraje la Laguna, la Loma de la Cruz, la Sierra de Picachos, sus calles bien trazadas, sus caminos pavimentados para las bicicletas que compiten con la pasada de las cabras de mañana y tarde y sus perros guía, han impulsado la actividad económica de la comunidad dentro del modelo capitalista del siglo XXI. No fue así siempre el panorama que el tío Nino tuvo en su vida en esta zona geográfica.
Ahora bien, estas líneas anteriores me permiten colocar las vivencias del pasado domingo primero de junio, cuando la población de Higueras entregó a la madre tierra el cuerpo físico del “Tío Nino”. El ciudadano Jesús Ramos Ochoa, a sus 102 años nació, vivió, tuvo a sus hijas y demás familia en este terruño. Convivio con los chicos de siempre, cuidó de sus cuatro hijas y de las demás mujeres de su familia y recordaba el árbol genealógico de las familias del siglo XX avecindadas o nacidas allí.
El maestro Pancho, con una voz de tristeza, pero echado para adelante, de la Asociación Estatal de Cronistas Municipales “José P. Saldaña”, nos señalaba cómo esta afligida situación enluta no sólo a la familia cercana y a sus allegados, sino al pueblo entero, porque se cierra un círculo cultural y de vida de la población. Manifiesta que será muy difícil que otras personas ya de la tercera edad puedan brincar a la cuarta con la lucidez, dinamismo y actividades que el tío tenía en su solar y llegar a tener más de 100 años.
El maestro supone que la tierra que soñó y le sonó al tío Jesús, “Nino” ya cierra sus alas y nuevas generaciones toman los pasos de otras realidades, otros sueños, sonrisas y cambios culturales que están llegando a este terruño amado de él y de muchas personas adultas y pocos jóvenes congregados esta tarde del domingo. En ocasiones el cielo estaba despejado y otras con gotas de alguna nube que lloraba en el panteón, igual a muchas de las mujeres allí presentes.
Ya no es, dice el maestro Pancho (Francisco Villarreal), siempre necesario, levantarse de madrugada y llegar a pastar a las chivas y chivos a la Loma de la Cruz, a piscar el orégano de la sierra, a pararse a escuchar los cantos de los pájaros en el atardecer, sembrar el huerto del solar y a tener el sustento diario de la tierra y el esfuerzo humano. Hay una atmósfera de comodidades que no le tocaron al ciudadano Jesús de niño y joven. Un ciudadano varón que no migró al norte como otros de sus contemporáneos y es ahora “el ejemplo ciudadano” de la localidad.
Entre sonrisas, alegrías y saludos se pasó los últimos diez años, dándole vida a su huerto de naranjas, mandarinas, tomates y verduras. Acompañado de sus cariñosos gatos y de los cuidados de la vecina y enfermera Facunda. Con sus camisas de cuadros, su sombrero y ya con bastón, estaba listo en las tardes en el “porche” de su casa para saludar a los conocidos que regresaban por la carretera desde Marín o desde Zuazua, algunas veces de Monterrey, a platicar y conocer la vida cotidiana de los y las ciudadanas.
La vida cultural y social de esta comunidad es digna de conocerse, ofrece un panorama que debe cuidarse de la gentrificación y ruidos de la zona metropolitana de Monterrey. La paz, limpieza y orden de la población, de las panaderías y demás servicios privados y públicos llaman la atención. Políticamente ha estado gobernada casi siempre por el PRI y por el PAN en los últimos periodos. Su presidente municipal (2021-2024) es Rafael Rene González Martínez, del PAN. De acuerdo con la Comisión Estatal Electoral y de Participación Ciudadana, desde el 2012 otros partidos han incursionado como destellos y no aparecen en el padrón de esa fecha.
Las edificaciones públicas que se pueden visitar fueron acondicionadas y restauradas por munícipes del partido PRI. La biblioteca municipal, el Museo de Historia, la capilla de velación y sus servicios básicos, la iglesia consagrada a la Virgen de Guadalupe, las escuelas. Cuenta con un jardín de infantes que lleva el nombre de Francisca Villarreal de Livas, maestra y madre del exgobernador Eduardo Livas Villareal. Una primaria con el nombre del teniente coronel Ruperto Martínez (sin un segundo apellido) y una secundaria Capitán Diego de González. En sus calles bien trazadas y anchas, está el edificio de la Unión Ganadera y los servicios públicos de recolección de basura y reciclaje perfectamente ubicados.
Para acudir a los estudios más avanzados hay que revisar los CECyTENL (Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos de Nuevo León) en Marín y otro en Zuazua, o bien a la Unidad en Marín de la Facultad de Agronomía de la UANL.
En fin, me queda la seguridad de que esta región no puede visualizarse con un determinismo cultural occidental, que luego nos habla de costumbres atávicas, de relaciones comunales simples o como un escenario de leyendas y mitos. Puede ser eso, pero es algo más. Es ante todo un sitio con políticas culturales que ya desearían las metrópolis, con proyectos pedagógicos de desarrollo por la fuerza activa y concreta de los viejos sabios, de las mujeres sencillas, pero no simples, que forjan familias como escuela de Humanidad.
¡Gracias, Tío Nino, por esta lección!