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“UNA EDUCACIÓN QUE BRINDE SEGURIDAD PARA TODOS Y NO SÓLO PARA LOS AGRESORES”: Lorena Valdivieso
Entrevista de Verónica Ruíz*

El reflejo de una mujer joven, aguerrida y feminista, muestra clara de que los tiempos cambian, que las mujeres han luchado y seguirán luchando por sus derechos, por su libertad en toda la extensión de la palabra y que no se quedarán en la sumisión nunca más.

     Ella es Lorena Valdivieso Gallardo, oaxaqueña de veintidós años de edad, estudiante de la Facultad de Filosofía y Letras (FFYL) de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), copywriter en una empresa de marketing, hija del fotógrafo Domingo Valdivieso y la productora de radio Liliana Gallardo.

     Su convicción fue formada desde su infancia al ver a su madre defender sus ideales ante su familia, trabajando y realizando programas de radio para niños de comunidades indígenas. Así también, al enfrentarse a los retos de la vida independiente desde los dieciocho años.
Se convirtió en parte del movimiento feminista debido a que en su generación la mayoría son mujeres que comparten ideales, así también por la resiliencia de su madre y el ejemplo de equidad de su padre.

     “Mis ideas feministas nacieron sobre todo en la facultad en compañía del maestro Javier Serna, pero sobre todo con mis compañeras, ha sido curiosa la sinergia que hemos tenido, todas comenzamos un proceso de deconstrucción al mismo tiempo. Nos alimentamos de los libros, las redes sociales, informándonos de todo lo que sucede a nuestro alrededor”, menciona Lorena.

     Hechos que hoy en día le dan la fortaleza para buscar una universidad donde estudiar segura para todos, situación que la UANL no le ha podido brindar, según denuncias a través del movimiento en línea #MeTooUANL. Movimiento que surgió derivado de las tendencias en twitter con el hasthag #Metoo, que se hizo viral en el 2017, luego de que la actriz Alyssa Milano lo compartiera sugiriéndolo para personas que habían sido acosadas o violentadas sexualmente y que posteriormente utilizaron varias personas famosas.

     En México, además del hasthag se crearon cuentas en la ya mencionada red social para la denuncia anónima, después de que Ana G. Gonzáles hiciera pública la agresión del escritor Herson Barona a diez mujeres. Circunstancia que fue repetida con más profesiones e instituciones.

     Es por ello que Lorena Valdivieso y su amiga Mariel González, buscaron que las 119 denuncias en facultades expuestas en la cuenta @MeTooUanl trascendieran de la virtualidad a un espacio físico, por lo cual organizaron un mitin en FFyL el viernes 5 de abril.

     “Se tenía que destapar la cloaca de la Universidad, muchas compañeras no podían seguir sin evidenciar las distintas situaciones que se han vivido a lo largo de estos 85 años que tiene la universidad”, comenta Valdivieso.

     El evento fue creado en Facebook, compartido y difundido de manera rápida y obteniendo respuesta de la Facultad de Contaduría Pública y Administración (FACPYA), Facultad de Derecho y Criminología (FACDYC), Facultad de Psicología (FAPSI) y Facultad de Artes Visuales (FAV), principalmente.

     El mitin tenía la intención de pedir justicia, evidenciar y presionar a la Facultad ante las denuncias que se le hacen al docente Orestes Cabrales, las cuales no sólo son en línea y llevan años sucediendo, teniendo como respuesta sólo el cambio de área del maestro.

     “Es bien sabido por el alumnado, los docentes, administrativos y la directora que el profesor Orestes Cabrales acosa a sus alumnas, que ha habido denuncias y que no han hecho nada más que cambiarlo a tronco común, algo que me parece aún peor porque ahí hay chicas hasta de 17 años”, menciona la estudiante.

     Como respuesta a la concentración de los estudiantes la directiva de la Facultad de Filosofía y Letras realizó mesas de análisis para controlar la situación, en las que expusieron que sí se estaban haciendo cargo del problema. Sin embargo, los alumnos opinan lo contrario.

     “Ningún maestro nos ha inculcado la ‘cultura de la denuncia’, como llamó el subdirector de Filosofía y Letras en una de las mesas de análisis al protocolo contra el acoso y hostigamiento. Dentro de las aulas esto no se practica. Y las pocas acciones que ha habido, por lo menos en la FFyL no son parte de una programación de la Facultad, surgieron como reacción ante el mitin, para quitarle fuerza y de alguna manera controlar la situación.”

“Queremos una Universidad segura. Que compañeras y compañeros no abandonen sus estudios o que acudan con miedo a la escuela porque existe un compañero, un maestro, un guardia o incluso un directivo que nos acosa u hostiga”, declara Valdivieso.

     La vida de Lorena se ha visto marcada por varias experiencias, desde una niñez enfermiza hasta quedarse sin trabajo y lugar de renta al mismo tiempo, pero sobre todo por su traslado a Nuevo León.

     “Jamás pensé que existiría un mundo como Monterrey. Nunca había visto una ciudad con tanto concreto, con tanto calor y frío, nunca me imaginé que viviría en una ciudad en donde casi no se puede caminar, por las distancias, el clima y porque no hay condiciones para el peatón.”

     “Ha sido complicado encontrarme con una ciudad que en apariencia es apática y desinteresada por temas sociales, pero también ha sido reconfortante coincidir con personas que son sumamente sensibles y empáticos con lo que sucede”, explica Lorena.

     Un cambio que le ha brindado otro panorama de la vida, de la realidad y que la sigue en su lucha por el respeto a sus derechos y el de sus semejantes, un carácter determinado por el cual sus padres se enteraron a través de Facebook y otras redes sociales de su participación en el mitin.

     “Mi mamá se enteró cuando vio el evento en Facebook y simplemente me pidió que me cuidara mucho; mi papá se enteró cuando vio las fotos del mitin en redes sociales. Y no han externado un apoyo completamente explícito, pero ya llegué con ellos a un punto en el que saben que yo haré este tipo de acciones y no vale la pena contradecirme, porque como quiera las haré, entonces, supongo que esa es su manera de apoyarme”, comenta.

     Valdivieso, espera se admita que ha habido a lo largo de estos años una práctica de acoso, hostigamiento y abuso sexual dentro de la Universidad, para que así se comiencen a tomar las medidas y acciones debidas.

     “Queremos que se cree un protocolo que cubra las necesidades de las y los estudiantes y también de los trabajadores de la Universidad, este movimiento no nada más es para los estudiantes, sino para aquellas víctimas que se encuentran laborando en la Universidad.”

     “Queremos que el protocolo sea realista, empático con la víctima y no con el agresor y sobre todo que deje de ser un protocolo que cae en la revictimización”, menciona.

     Además, se seguirá coordinando con su amiga Mariel González y con las víctimas a través de una red de apoyo formada para estudiantes de la UANL.

     “Sigue, organizarnos, sumar a más chicas, alumnas y exalumnas para que se animen a denunciar. Ahorita está muy fuerte también la Red de Acompañamiento UANL, en donde muchas chavas nos estamos encontrando y comunicando para hacer de este movimiento una red más organizada y sobre todo hacer evidente que el acoso y hostigamiento existe dentro de la Universidad”, concluye.

     A través de estas acciones los estudiantes buscan hacer un cambio en la comunidad universitaria. Las próximas actividades y de la Red de Acompañamiento UANL se pueden encontrar en redes sociales.


*Estudiante de Periodismo Multimedia de la FCC-UANL.
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