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1004 29 Febrero 2012

EL CRISTALAZO
Club de Roma
Rafael Cardona

Ciudad de México.- En el año 1975 publiqué en el Fondo de Cultura Económica un breve ensayo acerca de las advertencias (no predicciones) en torno del desarrollo económico y el futuro planetario. Se llama “México y el Club de Roma”, en el cual se analiza, desde la óptica mexicana, el conjunto de presagios matemáticos de los cuales nos previno, inútilmente, “la academia invisible”.

El Club de Roma, auspiciado entre otros por Aurelio Peccei, le solicitó hace más de 40 años al Instituto Tecnológico de Massachusetts un reporte sobre las proyecciones en torno del crecimiento desaforado y los recursos naturales; los alimentos y la energía entre otras variables.

Hoy se cumplen 40 años de ese grito en el desierto. Si bien las advertencias fueron escuchadas nunca fueron atendidas. Los políticos se aprovecharon del foro y el Club de Roma sufrió varios embates sin llegar ni mucho menos a la desaparición, pero nadie comprendió o quiso comprender su concepto de la “limitación planetaria”.

Hoy vale la pena reproducir algunas de sus consideraciones, 40 años después. Sobre todo por la evidencia del desastre monetario, financiero, económico y político de la globalización. Los límites del crecimiento, como se llamó la obra, se basa en una consideración tan simple como la ley de la gravedad: si se exceden las capacidades globales de explotación de recursos y generación de emisiones, el desarrollo económico en el siglo XXI se verá severamente afectado.
 Hoy la gente consume más, pero disfruta menos. Y nadie se detiene a pensar en el mañana.

 “Los debates actuales sobre el calentamiento global, la declinación y el agotamiento de los recursos naturales y los ciclos de deterioro ambiental (nos dice la sección mexicana del Club en esta fecha) son ecos de un proceso de cuatro décadas de antigüedad.

“El Club de Roma nos invita a re-evaluar el alcance de estas ‘Advertencias Globales’, y a revisar la manera en la que han alcanzado cada vez mayor respaldo científico, mientras que algunos procesos políticos han neutralizado acciones de prevención, dejándonos con la urgente necesidad de adoptar políticas de mitigación y adaptación.

Los límites del crecimiento se publicó en 1972 por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), esfuerzo coordinado por Donella Meadows, Dennis Meadows, Jorgen Randers y William Behrens III. El libro constituye un reporte de un estudio encargado por el Club de Roma unos años antes.

“El informe se presentó ante el público el 1º de marzo de 1972, en el Instituto Smithsonian, en la ciudad de Washington, D. C. Los efectos internacionales de esta publicación en los ámbitos político, económico y científico se pueden describir como un ‘big bang’, ya que  expuso las contradicciones existentes entre el crecimiento ilimitado e irrestricto de consumo de materiales en un mundo con recursos claramente finitos, colocando el tema en los primeros lugares de la agenda de los debates.

“El libro advierte que los problemas resultantes de este esquema podrán ser de tal magnitud que la humanidad tendría que hacer un gran esfuerzo en la búsqueda de soluciones, al grado en que la calidad de vida se vería disminuida. Específicamente, el reporte señalaba que de continuar las tasas de crecimiento observadas entre 1900 y 1972, la humanidad sobrepasaría los límites planetarios naturales entre 2010 y 2100.

“El reporte para el Club de Roma, Los límites del crecimiento, se atrevió a romper con las convenciones: sugirió que el aumento en el consumo de recursos naturales podría ser un problema en sí mismo. El libro reveló una simple verdad que ha sido ignorada al menos por cuatro décadas”, comentó el Secretario General del Club de Roma, Ian Johnson.

Este best-seller internacional, traducido a 30 idiomas y que vendió más de 30 millones de copias en el mundo, no ofrecía “predicciones” como tal sino que delineaba escenarios alternativos sobre los efectos que tendrían en el planeta la alta tasa de crecimiento de la población y de la industria, la explotación de los recursos y la destrucción del ambiente. Pocos libros han tenido una influencia tan profunda en la sociedad y han sido tan mal interpretados y condenados, especialmente por parte de quienes ven sus intereses particulares amenazados.

En el año de 1972 la economía mundial atravesaba una etapa de fuerte expansión y la vida en general parecía buena; el libro, entonces, iba en contra del optimismo propio del momento. Hoy en día, desafortunadamente, el mensaje de los límites del crecimiento es más relevante que nunca: no hay duda de que el mundo ha cruzado y seguirá cruzando los límites planetarios. La consecuencia es una serie de crisis que la sociedad global debe enfrentar en su conjunto y de las cuales somos testigos en la actualidad”.

 

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pq94

La Quincena Nº92


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