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1019 21 Marzo 2012

FRONTERA CRÓNICA
Suave, Patria
J. R. M. Ávila

Monterrey.- Hay líneas en las que no se equivoca Felipe Calderón cuando retoma el poema Suave Patria para describir su sexenio. Sobre todo cuando se refiere a su “estatura de niño y de dedal”; o cuando el texto dice aquello de: “Te dará, frente al hambre y el obús, un higo San Felipe de Jesús”. Más que higo, diría yo que es una reverenda higa moderna la que nos ha asestado en estos seis años.

Pero tal vez a lo que realmente se refiera es a aquella parte del poema que dice a la letra:

“quiero raptarte en la cuaresma opaca,
sobre un garañón, y con matraca,
y entre los tiros de la policía”.

Echemos un vistazo y preguntémonos si no es lo que ha hecho durante estos seis años. ¿O acaso se le hace poco y por eso anuncia que se va a llevar lo que de la Patria resta? Bueno, sobre aviso no hay engaño, aunque haya (haiga, según la Real Academia Calderoniana) una canción norteña que diga: “¿Dónde la escondes, Felipe, si te robas catedral?”. En fin, si peores milagros ha hecho este santón panista, ¿qué tanto se le dificultará desaparecer a la Patria? Recordemos que para él, el mar no es tan grande para empinárselo en un simple buche (en las rocas, claro).

Tal vez, para describir este sexenio, quede mejor el Himno Nacional que, en honor a la verdad, es un llamado a la guerra, aunque aclara: “Mas si osare un extraño enemigo profanar con su planta tu suelo, piensa ¡oh Patria querida! que el Cielo un soldado en cada hijo te dio”. Nada dice de cuando al supuesto presidente se le ocurra inventarse una guerra ni esclarece quién es ese extraño enemigo (como puede ser el narco, pueden serlo también Calderón y quienes le acompañan).

Además, que no se nos olvide que el Himno es muy preciso respecto a algo que Calderón desoyó durante todo su espuriato: “Ya no más, de tus hijos la sangre, se derrame en contienda de hermanos; sólo encuentre el acero en sus manos quien tu nombre sagrado insultó”. Y no contento con esto, agrega: “Guerra, guerra sin tregua al que intente de la Patria manchar los blasones”. ¿Es acaso poca cosa, que Calderón haya ido a Jerez, Zacatecas para manchar así el poema blasón de López Velarde? ¿Y qué decir de los seis años durante los cuales ha insultado nuestra inteligencia hasta el hartazgo?

Nadie sabe, en verdad, para qué se rompe Calderón la cabeza queriendo justificar lo injustificable de su sexenio, si a final de cuentas pasará a la historia acompañado por canciones como El Espurio, de Liliana Felipe que dice: “Espurio, te gritan por la calle; espurio, te dicen por doquier; entraste como entran los ladrones, como entran los chiflones, por la puerta de atrás… Inepto, así lo has demostrado; pelele, es una descripción; borracho, de poder embriagado; pelele, inepto y briago, ésa es tu condición… saldrás con la basura, te irás con el cascajo, como salen las ratas… y te irás de la historia por la puerta de atrás”.

Para su mala fortuna, la posteridad no se elige. Suave, Patria.

 

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