ANÁLISIS A FONDO
Ayer terremoto, hoy Suprema Corte
Francisco Gómez Maza
Se libró el señor Calderón
Pánico en el Congreso
Ciudad de México.- Empezaron a medio calentar la sesión de ayer los diputados del Partido del Trabajo. El ex consejero del Instituto Federal Electoral, cuando este era órgano ciudadano, Jaime Cárdenas Gracia, prácticamente en representación de los partidos de la izquierda, pidió discutir la injerencia del presidente Felipe Calderón en el asunto Florence Cassez, condenada a 60 años de prisión, por “secuestradora”.
La sesión prometía ponerse caliente porque el señor Calderón, como acostumbra, que es tratar de inducir toda decisión que afecte su vanagloria, está presionando a los ministros de la Suprema Corte de Justicia para que no liberen a la ciudadana francesa acusada de secuestradora. Y pidió al Poder Judicial que “nunca la interpretación de la ley sea rendija por donde escape la impunidad.”
La orden del día de la sesión ordinaria del mares 20 de marzo de 2012, que siempre me la dejan en la mesa donde redacto mis notas y esta columna, en la sala de prensa del Congreso, apuntaba dos temas importantes, entre una retahíla de propuestas, dictámenes, iniciativas y una gama de minucias.
Tendrían que discutir, y aprobar, primero, la Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en Materia de Trata de Personas y para la Protección y Asistencia a las Víctimas de estos Delitos. Las diputadas feministas, y también las mujeristas, afilaban la lengua para subirse a tribuna a defender a su partido, perorando en torno a la defensa de las mujeres.
Por otro lado, estaba agendada también la propuesta de acuerdo de los órganos de gobierno de la Junta de Coordinación Política del Congreso, en el sentido de que la Cámara de Diputados solicitara a la procuradora general de la república, Maricela Morales Ibáñez, información sobre los procedimientos penales y administrativos en contra de servidores públicos que ordenaron, participaron y ejecutaron la escenificación ajena a la realidad en el caso Florence Cassez. Léase García Luna Productions.
Algunos diputados subieron a tribuna para agotar el asunto de la presión presidencial a los ministros de la Suprema para que no apoyaran al ministro Zaldívar, a quien los moralinos se le han echado encima y hasta quieren quemarlo en la hoguera porque concluyó en el documento que deberían de discutir hoy miércoles los ministros en la Primera Sala del poder judicial.
El debate, si no se impone la voluntad del ministro de Los Pinos, marcaría un hito en la historia judicial mexicana. No es menor el tema. Se trata del llamado debido proceso. Zaldívar propone a sus colegas la inmediata liberación de la “secuestradora”, porque García Luna Productions violó todo lo que podía violar de las garantías individuales y los derechos humanos de la inculpada. Ya hubo un caso en Estados Unidos, que los jueces tuvieron que liberar a un violador porque en su proceso se violaron cuantos derechos humanos gozaba.
Y en el caso Cassez, no sólo se violaron los derechos humanos, sino que las toneladas de papel del expediente están plagadas de absurdas contradicciones, que ponen en duda la sentencia que la condenó a 60 años de prisión. No sería descabellado imaginar que el presidente Nicolás Zarkozy resulta tener la razón, cuando pide que el gobierno mexicano extradite a Francia a la señora Cassez.
La sesión en la cámara continuaba, pero, oh desgracia. De repente empezó a sonar la alarma sísmica en toda su intensidad, y a bambolearse todo: piso, escaños, escritorios, paredes, techo, candiles. Y vino la orden de desalojar el palacio legislativo de San Lázaro. A los panistas los salvó el terremoto. Sobre todo al señor Calderón.
Todos, diputados, diputadas, asesores, edecanes, periodistas, personal del estaf desalojaron el inmueble, mientras la tierra se movía fuertemente y muchas mujeres lloraban y rezaban. El recuerdo de los terremotos del 85 vino a la memoria de los y las más madurit@s. Todos a los jardines a ver cómo caía el edificio, que no caería porque está bien cimentado en agua.
Eran pasadas las 12 del día, 12 y dos minutos para ser exactos. El temblor duraría unos dos minutos, pero a este escribidor le pareció una eternidad. Una eternidad para volver a los escaños y continuar la sesión. Pero el personal de protección civil dio la orden de que no se podía permanecer en el edificio mientras revisaban todo para ver en qué condiciones había dejado el terremoto a cimientos, columnas, muros, techos etcétera. Y vino la orden de suspensión de labores.
Y fue así como no se cortó la sesión.
Es posible que el caso Cassez ya haya fenecido para la siguiente sesión legislativa, salvo que los ministros de la Corte decidan que no van a discutir el caso en su sesión de hoy miércoles. El asunto de la Ley contra la Trata puede ser aprobado sin mayores contratiempos. Sólo escuchar las peroratas últimas y votar. Pero se votará por absoluta mayoría en la sesión de mañana.
Así fue, más o menos, parte de la historia legislativa de este martes.
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