ANÁLISIS A FONDO
La corrupción es el enemigo
Francisco Gómez Maza
El “Plan México” de EPN, ¿un sueño guajiro?
Habría que plantear una Revolución Cultural
Ciudad de México.- La intención del candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, anunciada hace una semana a la agencia de prensa británica Reuters, de crear una gendarmería nacional, o una fuerza policial paramilitar para sustituir al ejército y las tropas de la marina en el combate a las bandas criminales, parece una misión imposible.
Si Peña Nieto fuera elegido presidente, sería difícil para su administración crear una policía incorruptible.
El gobierno mexicano ha perseguido insistentemente, desde hace muchos años, una reforma policial, pero sin éxito. De hecho, la falta de aplicación de una ley confiable es un factor importante en la decisión gubernamental.
El escollo casi infranqueable para lograrlo es algo que se ha institucionalizado como filosofía de vida entre los mexicanos: la corrupción, como lo advierte la agencia de inteligencia estadounidense Stratfor, en un análisis divulgado este jueves sobre “El Plan México para crear una fuerza paramilitar”.
Un examen de la corrupción de México revela ─asegura Stratfor─ que los males del país van mucho más allá de las instituciones de gobierno simplemente corruptas. La corrupción vista en las instituciones gubernamentales es en realidad un síntoma de problemas más profundos, sistémicos y culturales.
En pocas palabras, a menos que estas cuestiones más profundas se resuelvan, la reforma institucional o la creación de una nueva institución no darán lugar a ningún cambio significativo. De hecho, el entorno se asegurará de que las nuevas instituciones pronto se corrompan, como ha ocurrido hasta ahora.
México tiene una larga historia de fuerzas de seguridad que se disolvieron debido a la corrupción. Por ejemplo, cita el reporte de Stratfor, la Agencia Federal de Investigación (AFI), creada por el presidente Vicente Fox en 2001, tuvo que ser reemplazada por la Policía Judicial Federal, a su vez disuelta debido a la rampante corrupción.
La AFI fue estructurada para bloquear la corrupción de otros organismos. Pero, a pesar de esta garantía, a finales de 2005 la oficina del procurador general informó que cerca de mil 500 de los 7 mil agentes de esa corporación estaban bajo investigación por sospecha de actividades criminales, y que 457 agentes enfrentaban cargos criminales. Debido a esto, en 2008 Felipe Calderón promovió reformas para disolver a la AFI y crear la actual Policía Federal, a principios de 2009.
En los últimos años, México no ha tenido otra opción más que utilizar a los militares contra los cárteles, debido a la naturaleza violenta de éstos y la corrupción desenfrenada en muchos cuerpos de policía municipales y estatales.
Puede ser cierto que la creación de una fuerza policial paramilitar nueva podría ser una alternativa para relevar al Ejército de las funciones de policiales, dice Stratfor ─los soldados no son buenos para las actividades de aplicación de la ley; el uso de las fuerzas armadas ha producido acusaciones de abusos contra los derechos humanos y ha llevado a la crítica y la presión política sobre la administración del presidente Calderón─. Sin embargo, el plan sería muy costoso y requeriría del consentimiento de ambas cámaras del Congreso, que podrían plantear obstáculos políticos.
Pero tal vez la tarea más difícil será la creación de una nueva fuerza policial no susceptible a la corrupción, que históricamente ha afectado a las fuerzas de seguridad mexicanas.
La solución de estos gravísimos problemas requiere de un enfoque holístico y llegar mucho más allá de las instituciones policiales y militares, para hacer frente a los profundos problemas del país. Se requiere de cambios económicos, sociológicos y culturales. Tal cambio global no será fácil de lograr. Se requerirá de una gran cantidad de tiempo, dinero, esfuerzo y, más que nada, de liderazgo. El próximo presidente de México tendrá palabra.
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