FRONTERA CRÓNICA
Estamos a tiempo
J. R. M. Ávila

Monterrey.- Que si Josefina de fina sólo tiene la indumentaria, además de la joyería que luce; que si es superficial y vacía a más no poder; que si como funcionaria pública ha dejado mucho que desear, sobre todo por sus continuas ausencias mientras fue diputada; que si es una mala amiga por haber renegado de la Gordillo; que si en lugar de dar discursos coherentes posa para las cámaras como si estuviera declamando en el colegio; que si su propuesta “Doble-cuchicuchi-por-un-voto” es poco seria (si hubiera leído Lisístrata, de Aristófanes, ¿qué nos duraba la guerra contra el narco?); que si esto…

Que si Quadri se sueña intelectual pero no lo es porque, si lo fuera, apoyaría a López Obrador; que si sigue viendo a los indígenas desde el punto de vista colonialista de Disney, como si se tratara de changos plataneros muertos de hambre y no personas necesitadas; que si es una caricatura perpetrada por el cerebro maquiavélico de la maestra sin ex alumnos; que si se cree digno de arrojar la primera piedra pero no lo hace porque se dice pacifista (alguien dirá que no lo hace porque, piedra que tome, piedra que ha de manchar); que si en los debates se ha comportado como el burro amigo de Shrek para que lo tomen en cuenta (aunque en lugar de decir: ¡Pregúntenme!, se la pasa diciendo: ¡Respóndanme!); que si lo otro…

Que si Peña Nieto es homosexual, heterosexual o bisexual; que si es más guapo que Narciso, Adonis y Apolo juntos; que si todas las mujeres quisieran casarse con él; que si es un Barba Azul (lampiño, por supuesto); que si no es más que un títere de los dinosaurios priístas; que si ha logrado unificar en su contra a más de 131; que si ha fabricado agresiones a sí mismo para hacerse pasar por víctima; que si su pasado es más negro que el futuro que le espera a México, si llega a ganar las elecciones; que si lo de más allá…

Que si López Obrador es populista, que si es un Chávez o un Castro mexicano en ciernes, que si es el candidato de la violencia, que si alucina una guerra sucia en su contra; que si ve un complot en cuanto le rodea, que si se la pasa elucubrando acerca de un nuevo fraude electoral en su contra, que si está trastornado porque supone que las televisoras y el gobierno hacen todo lo posible para que no llegue a la presidencia, que si lo de acullá…

Amarillismo, chismorreo, dimes, diretes, superficialidades, banalidades. ¿Y las propuestas? ¿Alguien tiene claras las propuestas de quienes contienden por llegar a la Presidencia de la República?

Sólo se pone atención en quién ataca mejor y a quién, o en quién se defiende mejor de quién, y no podemos basar nuestra decisión electoral en ello.

Si queremos asegurarnos de elegir a alguien que sepa realmente cómo llevar adelante esta nave (que, por ahora, va al garete), debemos analizar las propuestas y el currículum de quien desea pilotarla. Sabemos que no es tan sencillo decidir, sobre todo en medio de tanta desinformación, pero no debemos ceder el mando de la nave a una persona no apta para el puesto.

No podemos darnos el lujo de equivocarnos. Si no acertamos esta vez, difícilmente tendremos oportunidad de enmendar nuestro yerro.

Por fortuna, aún estamos a tiempo.