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1084 20 Junio 2012

 

EL CRISTALAZO
La buena educación
Rafael Cardona

Ciudad de México.- Así como hay nuevas e insólitas profesiones también existen nuevas actitudes. Una reciente urbanidad a cuyos dictados todos nos debemos apegar so pena de sufrir quebranto social y en casos peores hasta acciones judiciales de orden punitivo.

En esos nuevos marcos se inscribe (bendito sea Dios; yo estoy de acuerdo y sólo pongo ejemplos) el nuevo lenguaje por el cual ya no hay negros sino afroamericanos. Se acabaron los saltapatrás, los cambujos y los cuarterones; mulatos y tercerones. No queda en el mundo un  sólo tullido, sólo hay discapacitados; se acabaron los idiotas, nada más quedan personas con capacidades diferentes.

Es el nuevo diccionario de la corrección política.

Y en su nombre se han creado instituciones contra la discriminación ya sea de hecho o de dicho. Hay comisiones para respetar la igualdad intrínseca cuya solidez no debe ser agredida ni siquiera con una palabra ofensiva o aparentemente ofensiva.

Pero hay otras formas de la corrección imperante, la cual se convierte paso a paso en una nueva dictadura. Hoy sería imposible, frente a la candidatura de Josefina Vásquez escuchar de nuevo al enamoradizo ex candidato presidencial panista, don Diego Fernández de Cevallos, hablar del “viejerío”. Le quemarían las barbas con un soplete, por lo menos.

Hace muchos años se decía: en México las mujeres son viejas desde su nacimiento. Vieja y mujer eran sinónimas quizá hasta cariñosos. Hoy ya no. Ni siquiera en la edad provecta o más allá es vieja una mujer. Es adulta mayor. Cuidado.

Y hemos llegado al ridículo caso de feminizar las expresiones incluyentes. Teníamos una Rotonda de los Hombres Ilustres y ahora se llama de las Personas Ilustres, pues hay allí también en solemne sepultura seres humanos de género femenino. No vaya a ser la de malas y el panteón nacional sea condenado por machista.

Hasta la fecha no entiendo cómo no ha llegado este furor feminista de chiquillas y chiquillos; amigas y amigos, hasta los terrenos teológicos, pues ya basta del machismo celestial de hablar de Dios como el Padre. ¿De dónde nos sale el género masculino para definir a la divinidad?

En otras mitologías la divinidad esencial, generadora de toda la vida y la muerte, era una deidad femenina. Pero el monoteísmo de Ra a Cristo, nos hizo creer en un Dios varón, barbudo con su hijo sacrificado para dirimir el pecado original.

Pero esas son divagaciones impropias de una columna supuestamente de naturaleza política. O de análisis político.

Parte de la corrección, de la cual escribí en un principio, fue aplaudir la espontaneidad y autonomía del movimiento “#YoSoy132”. Quienes dijimos, sugerimos o explicamos su aprovechamiento por parte de una fuerza política en la coyuntura electoral, fuimos enviados a la hoguera y en algunos casos más lejos. Hasta la finca de Andrés en Chiapas.

¿Cómo se te ocurre?, decían los más comedidos.

Pues eso se lo deberían preguntar a los señores Alvídrez y Cossío  quienes han protagonizado en estos días y por las vías a ellos tan afines (You Tube, por ejemplo) un encuentro entre la denuncia y la pedolalia (güey) sobre quién y cómo se aprovecha de un movimiento inicialmente limpio y puro como una patena.

“(Rumbo) ‘Manuel Cossío, estudiante de la Universidad Iberoamericana, denunció que detrás del movimiento “Yo Soy 132” están el candidato del Movimiento Progresista a la Presidencia de México y sus principales operadores políticos, entre ellos, Alejandro Encinas Rodríguez..

“El creador de la página de Internet www.yosoy132.mx, hizo público que una parte del movimiento y algunos de sus líderes están manipulados y cooptados por el tabasqueño, por Marcelo Ebrard, por Epigmenio Ibarra y muchos otros militantes activos del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).

“Cossío dijo tener en su poder pruebas del involucramiento del ex jefe de Gobierno del Distrito Federal con “Yo Soy 132”, entre ellas, conversaciones de uno de los principales líderes del movimiento, Saúl Alvídrez, estudiante del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), campus Santa Fe.

“En una de esas conversaciones, Saúl Alvídrez describe cómo López Obrador es la cabeza del movimiento y cuál ha sido la participación de Alejandro Encinas en algunos eventos. Por ejemplo, la presencia la semana pasada en México de la lideresa estudiantil chilena, Camila Vallejo”.

Pero la corrección política impide llame agitadora a la bella Camila. Como parte de la destrucción de los conceptos vino también la eliminación de las palabras. Ya nadie es sedicioso, subversivo, amotinado, ni nada parecido. Todos son “luchadores sociales”, parte de la conciencia  emergente de los desposeídos.

Cuchi-cuchi
Hay algunas mujeres cuyo aspecto basta y sobra para salir corriendo.

No se necesita la amenaza de interrumpir o condicionar el “cuchi-cuchi” al voto, como ha hecho la señora Josefina Vázquez. Con algunas de esas féminas, nada podría ser efectivo.

Ni el sufragio; más bien sería un naufragio.

 

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