ANÁLISIS A FONDO
Periodismo incómodo
Francisco Gómez Maza

Periodistas y medios continúan en el abandono
Las autoridades ni sudan ni se acongojan

Ciudad de México.- Mientras el presidente Calderón anda presumiendo logros que no obtuvo; Peña Nieto, intentando delinear los grandes asuntos de la agenda presidencial de sus primeros cien días, y López Obrador, tratando de probar el fraude electoral, los mexicanos van a la deriva, y los periodistas y los medios, al arbitrio de criminales, organizados y no organizados, de playera Polo y de cuello blanco. La persecución de periodistas, sobre todo independientes, incómodos a los poderosos, se ha intensificado en lo que va del año.

1.- El caso más patético ha sido el de Sanjuana Martínez. La colega fue detenida el pasado 5 de julio, con lujo de violencia, en su propia casa, en presencia de sus pequeños hijos, por un grupo de sicarios con placa de policías comandado por una juez de lo familiar llamada Luz María Guerrero. Los pelafustanes policiacos llegaron a la casa de la colega alrededor de las 08:00 horas del jueves post jornada electoral en ocho vehículos, protegidos con chalecos antibalas, encapuchados y armados con fusiles de guerra, y sobre todo por la juez.

La colega fue detenida y encarcelada por 24 horas, luego de que los sicarios de la juez entraron a su casa sin orden de cateo o detención. Forzaron cerraduras y a empellones se la llevaron a la cárcel municipal de la Alamey, en Monterrey. Ahí pasó 24 horas en una diminuta celda, con cama de cemento, inodoro pestilente, lavabo descompuesto, acompañada de ladrones, borrachos y violadores, hasta que, en medio de muestras de apoyo de la sociedad civil y de colegas periodistas, consiguió un amparo.

A todas luces, la detención de la periodista fue en venganza. Desde hace unos cuatro años, Sanjuana ha documentado las arbitrariedades de la juez Guerrero, particularmente la privación ilegal de la libertad de la ex directora de la asociación Alternativas Pacíficas, María del Mar Álvarez.

2.- En madrugada de este martes, un grupo de desconocidos armados atacaron con una granada una sucursal del diario El Norte, también en Monterrey. Suman ya 3 las agresiones sufridas por esas oficinas desde el año pasado. Afortunadamente, ningún empleado resultó herido.

3.- Anteriormente, por allá de mitad de mayo, el diario El Mañana de Nuevo Laredo sufrió un atentado por un grupo de hombres que lo atacó con armas de alto poder y granadas. Causaron daños, aunque afortunadamente también no hubo víctimas. Vehículos estacionados frente a las instalaciones del periódico fueron alcanzados por las balas. Este ataque se lo adjudicó una banda del crimen organizado que dejó una manta. La agresión es la segunda sufrida por El Mañana, de nuestra inmemorial Ninfa Deándar, luego de que el 6 de febrero de 2006 varios gatilleros atacaran con rifles de asalto y arrojaran una granada contra sus oficinas, lo que causó daños y heridas de gravedad al periodista Jaime Orozco. Además es el segundo registrado en una semana en contra de un medio de Tamaulipas. El lunes pasado 7 de mayo seis encapuchados dispararon contra las oficinas del periódico Hora Cero de Reynosa.

4.- Ya antes, al menos dos explosiones cimbraron las instalaciones del periódico Expreso de Ciudad Victoria, también en Tamaulipas. Un vehículo estacionado a escasos metros ─uno de esos llamados “coches bomba”─ estalló cerca a las puertas del diario. Al menos cinco personas fueron atendidas por paramédicos, ya que resultaron con lesiones leves.

5.- El periódico El Buen Tono subió a internet un video en el que se observa cómo un comando armado irrumpe en sus instalaciones el 6 de noviembre de 2011, en Córdoba. En las imágenes se ve cómo varios jóvenes llegan armados con rifles de asalto a las oficinas del diario y causan destrozos en las instalaciones.

La verdad es que nadie, en los gobiernos estatales, y menos en las altas esferas de la Procuraduría General de la República, se interesa por lo que está aconteciendo a periodistas y medios. Y menos sirve de algo que los firmantes del llamado Acuerdo para la Cobertura Informativa de la Violencia (ACIV) exijan seguridad y justicia para cualquier medio atacado.

Invariablemente, organizaciones gremiales de defensa y protección a periodistas y medios exigen a autoridades federales, estatales y municipales tomar todas las medidas para que los periodistas puedan continuar realizando su labor informativa en condiciones que garanticen su vida e integridad. Sin embargo, son voces que claman en el desierto. Sus llamados se pierden en el horizonte de la indiferencia y en total desinterés.

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