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1150 20 Septiembre 2012

 

ANÁLISIS A FONDO
Reforma laboral en riesgo
Francisco Gómez Maza

Rechazo de priístas e izquierdistas
Será la 498 iniciativa abortada

Ciudad de México.- La iniciativa del presidente Felipe Calderón para cambiar de tajo las reglas de las relaciones obrero patronales, a favor de estos últimos, entró ayer en zona de absoluto riesgo, si no es que de crack.

Priístas y perredistas aclararon que no la aprobarán en los términos en que viene redactada.

Asuntos como los modelos de contratación, salarios, derecho de huelga, minas, tercerización, trasparencia y democracia sindical son, entre otros, las piedras de choque. Calderón pretende acabar con los derechos laborales consagrados en el artículo 123 de la Constitución Política mexicana.

Fuentes cercanas al líder de la bancada priísta, Manlio Fabio Beltrones, dijeron a Análisis a Fondo que es muy posible que se dé una coincidencia inédita con los legisladores de la izquierda, pues la reforma que pretende Calderón es irresponsable y contradictoria con la ley fundamental, que en el caso de las relaciones obrero patronales es tan vigente como cuando fue ratificada poco más de cuatro décadas.

Voceros del PRD, por su parte, estuvieron de acuerdo en que es viable la alianza con el PRI para votar en contra de las aspiraciones del panista.

La iniciativa calderonista, no obstante que tiene carácter de preferente, podría no ser ni siquiera dictaminada por la Comisión legislativa del trabajo, y por tanto, como lo manda la ley, ser votada negativamente en el pleno, con lo que pasaría a dormir el sueño de los justos, junto con las 497 iniciativas de reforma laboral presentadas en el congreso entre 1997 y el presente año.

Silvano Aureoles Conejo, líder de la bancada del Partido de la Revolución Democrática, dejó clara la posición de ese partido: La iniciativa de reforma a la ley del trabajo “no transita” tal como lo pretende el presidente Felipe Calderón para favorecer, a costa de los trabajadores, al sector patronal.

Ayer miércoles se efectuaron innumerables reuniones entre diputados y senadores y un foro convocado por la Unión Nacional de Trabajadores, en el Salón Verde de San Lázaro, denominado Qué reforma laboral queremos, en los que la coincidencia fue: No a la reforma a la Ley Federal del Trabajo para privilegiar a los patrones, a costa de la eliminación de lo derechos de los trabajadores, con el pretexto de aumentar la productividad y mejorar la competitividad de la economía mexicana, que ambas no se mejorarán por decreto, sino por decisiones de políticas públicas que sólo dependen del gobierno, como el clima de inseguridad pública que padecen desde hace seis años los factores de la producción.

Es más, las bancadas del PRI y del PRD consideran que presentar una reforma tan importante en estos tiempos, fin de sexenio, y con la característica de iniciativa preferente es una provocación. No es una reforma menor. A los legisladores les parece inclusive irresponsable que Calderón haya enviado al inicio del periodo, en el marco del cambio de administración, y pida que se dictamine como iniciativa preferente.

La fracción parlamentaria del PRI tiene las manos atadas por sus poderosas centrales sindicales como el sindicato de trabajadores petroleros, el de los mineros y la Confederación de Trabajadores de México. La Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos lanzó el trascendido de que ayer ya estaba consensado el rechazo a la pretensión de Calderón. La bancada priísta, liderada por Beltrones, no puede “traicionar” al movimiento obrero que forma parte del sector de trabajadores que apoyó al ahora presidente electo Enrique Peña Nieto.

Y como decíamos ayer, lo que pretende Calderón, aparte de borrar de la Constitución el artículo 123, que rige al mundo obrero patronal, es dejarle un carbón encendido en las manos a su sucesor, quien tendría que enfrentar, en este caso sí, un conflicto social de proporciones mayúsculas, liderado por los sindicatos del PRI y los de la izquierdista UNT.

La postura de los sindicatos, es, así, el punto de encuentro entre priístas e izquierdistas. Los sindicatos obviamente no van a aceptar la destrucción de sus derechos y, por lo mismo, su postura es de rechazo absoluto.

A partir de hoy le quedan menos de 10 días a la Comisión legislativa del Trabajo, presidida por el líder cetemista, Carlos Humberto Aceves el Olmo, para que presentar el dictamen del proyecto de reformas de Calderón. Pero a reserva de que Vicente Fox haga un milagrito como el de Josefina Vázquez Mota, la reforma laboral no pasará para enojo de Calderón y de los patrones de billete grande.

A desfondo
Sólo para su información, el Índice de Percepción de la Corrupción ubica a México en la posición 100 con una calificación de 3.0, lo que significa una mayor percepción de corrupción con un cambio nominal de una décima, lo que de acuerdo con Transparencia Internacional no representa un cambio estadísticamente significativo.

En comparación con otros países del continente americano, México se ubica en la posición 20 de 32 países evaluados por el índice. Si se compara con los países que integran el G20, México se ubica en la posición 16 de 19 países evaluados (la Unión Europea no es considerada en bloque para el IPC) con resultados similares a los de Indonesia y Argentina. Por debajo de estos países sólo Rusia presenta mayor percepción de corrupción en el G20. Si se le compara con Brasil, India, China y Rusia, el llamado grupo BRIC, México ocuparía la cuarta posición, sólo seguido de Rusia.

En América Latina el país mejor ubicado en el IPC es Chile en la posición  22 a nivel global y una calificación de 7.2, lo que le ubica casi 80 lugares por encima de México. Entre los países OCDE, México ocupa la posición 34 de 34 países evaluados.

analisisafondo@cablevision.net.mx

 

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