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1150 20 Septiembre 2012

 

Rodrigo insulta a los desempleados
Efrén Vázquez

Monterrey.- Medina califica de flojos a los nuevoleoneses y no hay quien le diga nada. ÉL cree que el problema lacerante del desempleo que se vive en el estado (y en todo México) quedó resuelto con una feria del trabajo, evento que recientemente fue organizado por su administración.

A través de espots  oficiales de televisión, pagado con nuestros impuestos, en las horas de mayor rating, se sostiene que “con las oportunidades que nos está consiguiendo el gobernador, ahora sí, el que no trabaja es porque no quiere”. 

Este texto denigra a los nuevoleoneses que se encuentran sin empleo, además contraviene de manera flagrante disposiciones constitucionales que protegen los derechos humanos. Pues de su horizonte se desprende que para nuestro gobernador los nuevoleoneses que se encuentran sin trabajo son unos flojos, unos huevones, pues si no trabajan es porque no quieren…

El gobernador pretende tapar el sol con un dedo, ya que, como es sabido, además de que Nuevo León es una de las zonas de mayor carestía, el INEGI reporta que la tasa de desempleo registrada en el cuarto mes de este año superó por 1.62 por ciento a la taza a nivel nacional, que es del 4.86 por ciento.

En México, a diferencia de otros países con un mayor índice de cultura de los derechos humanos, no existe una ley que general regule la publicidad. La publicidad, y mucho más la oficial, está al garete. En España, por ejemplo, “la Ley 34/1988, de 11 de Noviembre, General de Publicidad”, prevé los casos en los que un consejo ciudadano puede decretar la suspensión de un espot de radio o televisión.

Su artículo tercero establece que es publicidad ilícita aquella que atente contra la dignidad de la persona, o vulnere los derechos y valores consagrados por la Constitución. En síntesis. Este artículo prohíbe la publicidad engañosa, desleal y subliminal.

El artículo 25 establece que “los órganos administrativos competentes, las asociaciones de consumidores y usuarios, las personas naturales o jurídicas que resulten afectadas y, en general, quienes tengan un derecho subjetivo o un interés legítimo podrán solicitar del anunciante la cesación o, en su caso, la rectificación de la publicidad ilícita.”

Pero en México, con el pretexto de una mal entendida libertad de expresión; o más bien, con base a una malintencionada idea de libertad de expresión que sólo sirve a los grandes potentados (y a los políticos encumbrados) para incrementar sus riquezas, todos los días, minuto tras minuto y segunda tras segundo, no sólo se miente y se engaña por medio de todo tipo de publicidad ilícita (la que incluso ha servido para cometer fraudes electorales), sino también se insulta a las personas, se denigra a las personas, se pisotean derechos humanos.

Y no hay quien les diga nada.

 

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