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1161 5 Octubre 2012

 

ANÁLISIS A FONDO
El campo a escena
Francisco Gómez Maza

Acuerdan en San Lázaro reforma estructural
Vuelven los ojos a un sector olvidado

Ciudad de México.- El olvido, al que los gobiernos panistas condenaron al campo y a los campesinos mexicanos, revivió ayer una sesión camaral que pintaba demagógica, anodina, insulsa.

El alicaído sector agropecuario pareció, por un momento, volver a ser prioridad para los diputados de todos los partidos, hasta los del PAN, luego de que el panista presidente Calderón se puso la casaca verde olivo de comandante supremo de las fuerzas armadas, se engolosinó con una guerra diabólica, que ahora él mismo está reconociendo  que no ha servido para mucho, y sí para bañar de sangre a miles de familias, que no murieron de hambre, y mandó al demonio lo realmente prioritario.

Al panismo le fue más fácil impulsar las compras de alimentos en el exterior, a costa de los campesinos. Hasta el presente, gracias a la política mercantilista de los gobiernos panistas, las importaciones de alimentos básicos equivalen a más del 40 por ciento del consumo nacional.

Los problemas que enfrenta el sector rural, como lo señaló el ecologista Miguel Sámano Peralta, van desde una baja productividad y escasa tecnificación hasta condiciones de abandono y niveles de pobreza inaceptables. Tan sólo para este año, la Secretaría de Agricultura estima afectaciones a 2.5 millones de hectáreas agrícolas, así como la reducción de la producción de maíz en 17 por ciento; de frijol en 40 por ciento, y la pérdida de más de 2 millones de cabezas de ganado.

Ante esta situación, que no fracaso porque la política sectorial de abandono del saliente fue premeditada, con alevosía y ventaja, las llamadas reformas estructurales no han sido más que logros para grupos e intereses particulares, y se ha conseguido eliminar todo intento para beneficiar al país. México está rezagado, mientras otros países apuestan a cambios eficientes, como lo denunció en tribuna el diputado del Movimiento Ciudadano, Juan Luis Martínez Martínez.

Los programas implementados por la administración saliente hicieron del campo redes clientelares y corporativas que, lejos de beneficiar al productor, terminaron favoreciendo a los más ricos, concentrando la riqueza en manos de unos cuantos.

La permanente crisis alimentaria padecida por los mexicanos unió, por los menos en el discurso, a tirios y troyanos. Todas bancadas, de todos los colores, acordaron impulsar una reforma rural estructural para rescatar al campo, aunque podría pensarse que la tarea es de titanes, pues el campo mexicano está en la lona.

A dos años y medio de que la anterior legislatura propuso impulsar al sector agrícola y ganadero, la situación en el campo de México ha empeorado. La pobreza extrema y alimentaria se han asentado en la población rural, padeciéndolas 12.3 millones de habitantes. El flagelo del hambre invade a las familias rurales y la dependencia de México del exterior se incrementa, sobre todo con Estados Unidos.

Démosle el beneficio de la duda a los diputados del PAN, del PRI, del PRD y de los partidos pequeños –PT, MC, Verde y Panal-, que ayer acordaron poner las condiciones legales para revivir la actividad agropecuaria.

El Pleno solicitó a la Conferencia para la Dirección y Programación de los Trabajos Legislativos agendar, entre los temas de la presente Legislatura, la “reforma rural estructural”. Asimismo,  pidió a las comisiones de Agricultura y Ganadería, de Desarrollo Rural, de Pesca, Medio Ambiente y Recursos Naturales, Asuntos Indígenas, Reforma Agraria, y Recursos Hidráulicos, y al Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria, que concluyan los trabajos en la materia, olvidados por la anterior legislatura.

Todas las comisiones deberán aportar su trabajo, Aparte de las mencionadas, también las comisiones de Desarrollo Social, Salud, Educación Pública y Servicios Educativos, Economía, Energía, Ciencia y Tecnología y Seguridad Pública, con vinculación con el sector rural.

El diputado Marco Antonio González Valdez (PRI), proponente del punto de acuerdo, destacó que la Cámara de Diputados aprobó atender la situación del campo, bajo la advertencia de que, de no hacerlo, la población rural sufriría (¿sufriría?; ¡ya las está sufriendo!) consecuencias graves en su desarrollo económico y social y se podría poner en riesgo la seguridad alimentaria, además de incrementar la intranquilidad y el malestar social.

Así, la política de Estado para el desarrollo rural podría estar a punto, algo que olvidaron los panistas, de volver a ser un eje central para que México vuelva a gozar de la perdida soberanía y de la seguridad alimentarias.

analisisafondo@cablevisión.net.mx

 

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