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1162 8 Octubre 2012

 

CRÓNICAS PERDIDAS
Mis orgasmos tienen dueño
Gerson Gómez

Monterrey.- Me dejé seducir amablemente. Amante fácil. Desacomplejado. Sin oponer resistencia.

Si el sex appel inhibe o el nerviosismo del desplante agobia, el alcohol lo facilita. Dame chanza para comprobártelo.

Lucrecia, cara alargada como caballo, dos hijos adolescentes y dentadura dispar. Cuarentona calenturienta, como yo.

Resalta el colmillo chueco, fulgurante en cada guiño, movimiento de los músculos faciales.

Le invité tragos coquetos.

Tengo todo lo malo en el mundo. No me agrada ir al día con las pensiones. Cuando se trata de la primera vez, con una dama, no me detengo en gastos. Es decir, en pagar por llevarme el bombón a la boca.

Me pidió un seis de cerveza ligera. Atendí la súplica. Nos sentamos a conversar en el sitio de mi recreo.

Se lo advertí tantas veces. No soy de fiar. Si me propongo algo en la vida, lo obtengo. Aún estuviera del otro lado de la mesa. Los tigres y los leones brincan barreras. Suben hasta la copa de los árboles, sólo para refrescarse. Después de devorar. El sol sigue el curso del día.
Corres el mismo riesgo de la presa. Sirvo los primeros tragos.

Conversación a punto de la media noche.

Me muestras cada uno de los hemisferios decorados. Esos tatuajes. Como excusa: inexpugnable.

El hielo en la nevera. El whisky en el vaso. Las manos en su sitio. El sonido lejano, en las montañas, las balas rebotando en las trincheras, los vehículos y los cuerpos.

Nosotros abriendo el portón. El escape de un motor. Los grillos entonando canciones de cuna. Lees con la vista. Has comenzado a tomar en serio el acoso.

Le invito a sentar al lado. Viene vestida con falda y blusón. Desde el acercamiento, su aroma es dulce. Tu curiosidad pudre. No llegamos a aburrirnos. Sentada en mis piernas. Te palpo.

Tengo novio, lo dices. Lo podemos hacer sin problema. Sólo quiero sepas: si tengo un orgasmo será de él.

Problema alguno, no tengo, contesto. Me parece fenomenal. Ir al asunto sin perder energías o extraviarnos en el intento.

Insiste: aun seas con quien estoy haciéndolo. Mi mente se desplaza hasta donde está. Ese es el misterio. Llevo un año sin hacerlo. No te molestes. Cierro los ojos. Puedes besarme. Ensalivarme los pechos. Sexo oral. Penetrarme.

Mis orgasmos tienen dueño. El mismo de hace quince años. Podemos seguirnos viendo. Estar en contacto. Hasta cuando él regrese. Si decide hacerlo.

Entonces suspenderemos las visitaciones. Querido león, devorando pastorcilla.

 

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