Suscribete
 
1162 8 Octubre 2012

 

Expectativas de Zapata en Yucatán
Efraín Poot Capetillo

Mérida, Yucatán.- Los primeros actos del nuevo gobierno estatal encabezado por Rolando Zapata Bello, han generado diversas reacciones de los sectores sociales, políticos y económicos que componen la sociedad yucateca.

Los ha habido escépticos, de relativa desconfianza y de moderado entusiasmo, pero todos marcados por la esperanza de un mejor porvenir colectivo; y es que en la palabra del Ejecutivo Estatal parece realizable el  ofrecimiento de un  gobierno de “absoluta austeridad y sobriedad republicana” que “combatirá ferozmente la corrupción”, cuya formulación original, al menos en los últimos seis años, proviene del excandidato presidencial de la izquierdas, al igual que el famoso tren peninsular, convertido en bala.

Estas posiciones obedecen, tanto a la experiencia que dejó el trato con la administración anterior que (para propios y extraños) pasó de terso a tenso, como a los primeros ofrecimientos hechos por el titular del Ejecutivo Estatal; situación alentada incluso al anunciar a buena parte de los integrantes de su gabinete un par de días antes de la toma de protesta, entre los que se encuentran gente de conocida trayectoria en la administración pública o en la iniciativa privada. A quienes les advirtió que exigirá mucho trabajo de excelencia, capacidad de diálogo con la sociedad y verdadero compromiso por Yucatán.

Los primeros anuncios y las primeras acciones que se han puesto en marcha para concretar los planes del gobierno, han sido recibidos con beneplácito, sobre todo: 1) el “Programa de ajuste financiero  y nueva cultura de austeridad en el gasto público” y, 2) el compromiso para emprender una “profunda reforma y reorganización de la administración estatal”, porque de cumplirse cabalmente con los objetivos trazados  en ellos se evitaría, lo que el propio gobernante ha llamado, “ el gasto no esencial” y, también reducir el aparato burocrático, lo que seguramente le ayudaría a recobrar la confianza de gran parte de la ciudadanía que el gobierno estatal anterior dilapidó producto de la mercadotecnia de imagen que siguió como estrategia puntal de la administración.

Otra cuestión importante que el Gobernador hizo en su discurso de toma de posesión fue delinear, lo que al parecer será, su ruta a seguir en la relación con la sociedad civil y las otras fuerzas partidistas con presencia estatal, pues ofreció una “relación sana y respetuosa” con el ayuntamiento de Mérida, dejando atrás filias y fobias partidistas o ideológicas, pues sin tapujos reconoció que esta era una exigencia de “la ciudadanía, la sociedad civil, los empresarios y quienes impulsan el desarrollo de Yucatán”. De manera deliberada o no este es un reconocimiento de la importancia que juega la sociedad civil, el pensamiento crítico y la pluralidad política para el establecimiento  y la consolidación de cualquier gobierno que se precie de ser democrático.

Los nombramientos pendientes de los titulares de secretarías importantes como las de Salud, Educación y Planeación ha generado incertidumbre, tanto en la sociedad en general, como al interior de dichas dependencias, ya que de prolongarse esta cautelosa estrategia, podría empezar a interpretarse como la falta de cuadros locales capaces para el desempeño de tan importantes cargos, o como la falta de acuerdos entre los grupos internos del partido tricolor que los reclaman como parte de sus cuotas.

De cualquier manera la transparencia de las acciones emprendidas por el nuevo titular del Ejecutivo Estatal será clave para lograr el reconocimiento ciudadano y el noble propósito que se ha fijado de honrar la memoria de su padre, “simplemente siendo un buen Gobernador”.

Profesor-Investigador de la Universidad Autónoma de Yucatán.

 

Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 


15diario.com