Suscribete
 
1172 22 Octubre 2012

 

LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO
El ahorro de los trabajadores
Edilberto Cervantes Galván

Monterrey.- En el lenguaje propio de las finanzas, el presidente de la Consar “explicó” que: “con el propósito de preservar los estándares crediticios más elevados y fomentar la diversificación de las carteras bajo un esquema de máxima seguridad en las inversiones se autorizó” a las administradoras de los fondos de ahorro para el retiro de los trabajadores a financiar empresas que emitan activos financieros internacionales con grado de inversión.

En otras palabras, los ahorros de los trabajadores mexicanos se utilizarán para financiar a empresas extranjeras que emitan instrumentos de deuda cuando tengan igual o mejor calificación que la deuda del gobierno federal.

El criterio financiero parece impecable; sin embargo, la determinación de que un instrumento de deuda tiene grado de inversión depende de la calificación que le otorguen las empresas “calificadoras de riesgo”: como Fitch Ratings, Standard and Poor´s, Moody´s. El negocio de estas empresas es señalar el nivel de riesgo de los instrumentos crediticios; pero su prestigio y solvencia técnica quedaron muy por debajo después del escándalo de la crisis de las hipotecas en los Estados Unidos.  

Estas empresas calificadoras operan alrededor del mundo y sus juicios son inobjetables. No se ha divulgado cómo construyen sus indicadores de riesgo; sí se ha señalado que en el caso de “deuda gubernamental” toman en cuenta la solvencia del gobierno, la libertad de prensa y la distribución de la renta, entre otros criterios.

Aplicando dichos criterios la empresa Standard and Poor´s en el año 2009 “rebajó la nota de México” al nivel de Triple B. Argumentando que un tercio de los fondos del presupuesto federal provienen de los ingresos del petróleo y que no se estaba haciendo nada para ampliar la base impositiva y reducir la dependencia del petróleo. 

Ahora, dice la Consar, es válido que los recursos de las Afores se inviertan en instrumentos del extranjero que sean Triple B o más altos. Así que, primero, la calificadora reduce la calificación de la deuda del gobierno mexicano y, en el siguiente paso, se autoriza a invertir en valores que se ubiquen al menos en ese bajo nivel de la deuda del gobierno federal.

El manejo de las calificadoras ya lo está padeciendo el gobierno español; en los últimos meses le han bajado la calificación de su deuda, lo cual hace que se encarezca el crédito al cual pueden acudir para resolver la insolvencia. En el caso de Grecia es lo mismo. En medio de la crisis económica que padecen países como Grecia y España, la dimensión financiera sustrae el manejo de la economía de las manos nacionales.

Es relevante mencionar que las reformas que se dieron en México para modificar los sistemas de ahorro para el retiro y crear las Afores se sustentaron en el argumento de que para estabilizar la situación financiera del país (gobierno y privados) era necesario generar “ahorro interno”. Como no había ahorro interno, se decía, el gobierno y las empresas tenían que acudir al crédito externo y eso provocaba debilidad en las finanzas así como falta de inversiones.

En ese entonces se tomaba como ejemplo a las afores chilenas y cómo habían sido un éxito al financiar proyectos productivos en Chile. Fue tal su éxito, se nos decía, que después de cierto tiempo sobraban recursos que ya no encontraban oportunidades de inversión en Chile y entonces se empezó a invertir en los países vecinos.

La experiencia mexicana con nuestras afores no es igual a la de Chile. Aquí la mayor parte de los recursos de las Afores, los ahorros de los trabajadores mexicanos, se han invertido en financiar al gobierno federal, con el argumento de que son “inversiones poco riesgosas”. No se está invirtiendo en nuevos proyectos productivos sino en financiar a un gobierno cuyo gasto de inversión pública es de una proporción muy reducida; es más el gasto corriente que el de inversión.

De eso no se trataba cuando se argumentó que se requería crear ahorro interno.

En el 2012 se decide financiar a las grandes corporaciones extranjeras, y con ello “fomentar la diversificación de las carteras”. Aunque aclara la Consar, “las Siefores ya tenían autorización para realizar inversiones en valores en el extranjero” lo que se autoriza ahora es abrir el abanico “para que más compañías internacionales con clasificaciones triple B y triple A puedan acceder a recursos para fondear sus proyectos”.

Todo esto sucede en medio de un lapso de estancamiento de la economía mexicana. Ahora no se puede argumentar que no hay ahorro interno. ¿Por qué no se invierte en proyectos productivo en México? No son pocos quienes señalan que necesitamos crear empleo y ampliar el mercado interno.

La propia Consar evidencia la crisis de desempleo que vive México. Entre las nuevas disposiciones destaca la fusión de las dos Siefores “básicas” que aglutinan a los trabajadores más jóvenes: la 4 y la 5.

La razón de esta fusión, lo dice la Consar: es porque “casi no entran jóvenes en el mercado laboral”. La 4 estaba hacia la baja y la 5 empezaría a presentar falta de liquidez.  

Entonces para qué sirve el ahorro de los trabajadores mexicanos. ¿No sería bueno que se utilizara para crear empleo en México?

 

Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 


15diario.com