Suscribete
 
1177 29 Octubre 2012

 

ANÁLISIS A FONDO
Los embrollones de Carstens
Francisco Gómez Maza

Por tratar de manipular, se le hace bolas el engrudo
Los precios suben, pero bajan; ahí está la magia

Ciudad de México.- Ante la jerigonza del señor Agustín Carstens, gobernador del Banco de México, de sus economistas y de los comunicadores que redactan los reportes con que pretenden tranquilizar a los agentes económicos –industriales, comerciantes, coyotes y la sufrida clase trabajadora-, que ya no ve lo duro, sino lo tupido de la carestía de la vida, el discurso cantinflesco deviene en un dechado de claridad meridiana.

Queriendo dorarle la píldora a los mexicanos, a Carstens se le hace bolas el engrudo, intentando no hacer olas, aunque las olas ya vienen haciendo mucho ruido de tumbo a retumbo y pueden ocasionarle un tsunami al presidente Enrique Peña Nieto cuando haya tomado posesión de La Silla, el primero de diciembre.

Qué galimatías, dios mío. Vean y, si pueden, saquen sus conclusiones. Ya me dirá uno que otro economista del mismo banco central, del INEGI o del Colegio de Economistas, que la claridad del texto es evidente. Esto apunta el más reciente embrollón divulgado el viernes por el autodenominado instituto bancario central:

En un número importante de países la inflación se incrementó durante el tercer trimestre de 2012, en respuesta a aumentos en los precios de la energía y de algunos alimentos.

Sin embargo, ante el débil crecimiento de la actividad económica mundial y la perspectiva de menores precios de materias primas, se anticipa una trayectoria de inflación a la baja.

En México, la ocurrencia de una serie de choques de oferta que incrementó los precios de algunos alimentos, principalmente del subíndice de precios no subyacente, ha propiciado un alza considerable en la inflación general en los últimos meses.

Con ello, la inflación rebasó la cota superior del intervalo de variabilidad alrededor del objetivo de 3 por ciento y  ha permanecido en niveles elevados ya por varios meses.

No obstante, teniendo en consideración la naturaleza transitoria de los referidos choques, se estima que el incremento en la inflación sea temporal. En particular, se prevé que la inflación general anual haya alcanzado su nivel más alto del año en septiembre.

Se anticipa que la inflación subyacente habrá registrado cambio de tendencia en agosto, como reflejo de un menor incremento en los precios de las mercancías y  de importantes bajas en los precios de algunos servicios.

La inflación anual del subíndice subyacente de los servicios, que es la que mejor refleja los determinantes domésticos que afectan a la inflación, se mantuvo en niveles históricamente bajos.

De esta manera, dentro del subíndice subyacente continúa observándose un aumento en el precio relativo de las mercancías con respecto del de los servicios.

Se prevé que los cambios en precios relativos continúen sin tener efectos de segundo orden sobre el proceso de formación de precios en la economía y que las expectativas de inflación se mantengan ancladas.

Se espera que la inflación continúe disminuyendo en los siguientes meses para ubicarse muy cerca de 4 por ciento hacia el final del año y que retome una tendencia convergente al 3 por ciento en 2013.

Sin embargo, ante la intensidad y persistencia de los choques que han afectado los precios de los alimentos, se considera que los riesgos para la inflación en el corto plazo han aumentado, particularmente en un entorno en el que la brecha del producto se ha cerrado.

Destacan como elementos de preocupación adicionales el que, a pesar de no ser un fenómeno generalizado, algunas negociaciones salariales hayan registrado incrementos mayores a los que habían venido presentando en el pasado, además de que no se puede descartar  el retorno de volatilidad en los mercados financieros internacionales.

Por otra parte, la desaceleración de la actividad económica mundial apunta a menores presiones inflacionarias en el mediano plazo.

Hasta aquí, la pieza literaria por la que Carstens se haría merecedor a la tecla de oro de la comunicación. Hágame usted el favor. A mí, lo único que me quedó claro es que los precios de los productos básicos, los que usted y yo requerimos para alimentarnos, para curarnos, para vestirnos, para cubrir los gastos de luz, de agua, de trasporte, suben hacia las nubes semana tras semana; qué digo: día tras día, e inflan un “globo” que amenaza con reventarle a Peña Nieto, como me comentó ayer por la mañana doña Luzma.

El crecimiento generalizado y sostenido de los precios es un efecto del comportamiento de la economía y de las leyes de la necesidad y del abuso. ¿El gobierno debe de controlarlos? Dicen los teóricos del capitalismo que no. Pero… y quién, entonces, podrá defendernos… ¿El Chapulín Colorado?

analisisafondo@cablevision.net.mx

 

Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 


15diario.com