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1187 12 Noviembre 2012

 

Senderos que se bifurcan
José Ángel Pérez

Monterrey.- El estudio del movimiento del mundo macroscópico: pájaros, piedras, animales, planetas, estrellas; que desde la antigüedad griega carecía de precisión, en la segunda mitad del milenio pasado queda plenamente descrito con los trabajos de Galileo Galilei e Isaac Newton.

Estos genios establecieron las condiciones conceptuales para el avance de la tecnología, que después de esta época ya no se separó de la ciencia. Al publicarse Los Principios Matemáticos de Filosofía Natural en 1687 se genera un gran avance en el esclarecimiento de las leyes del mundo físico, crece la economía gracias a la producción de energía.

A finales del siglo XIX y principios del XX, el estudio de los campos electromagnéticos y de las partículas subatómicas dieron origen a dos áreas de estudio que, aparentemente se contraponían a lo conocido hasta ese momento. Estos campos son la Relatividad y la Mecánica Cuántica.

No es el propósito de este artículo abundar sobre estos temas. Lo que deseamos comentar es la manera en que, desde campos colocados, aparentemente, fuera del quehacer científico, se puede analizar la realidad. Es así como un escritor prolífico e inteligente como Jorge Luis Borges nos sorprende con ideas que más tarde Hugo Everett y Richard Feynman analizan desde la Mecánica Cuántica, para darnos una hermosa interpretación de la superposición de estados cuánticos, explorando posibilidades para el mundo macroscópico semejantes a la del microcosmos.

Pero leamos a Borges: “…Cada vez que un hombre se enfrenta con diversas alternativas, opta por una y elimina las otras; en la del casi inextricable Ts´ui Pe, opta –simultáneamente por todas-, Crea, así, diversos porvenires, diversos tiempos, que también proliferan y se bifurcan” (El Jardín de los Senderos que se bifurcan. Borges, J.). Al final del cuento, Borges nos deleita con otro concepto cuántico:  “…A diferencia de Newton y de Schopenhauer, su antepasado no creía en un tiempo uniforme, absoluto. Creía en infinitas series de tiempos, en una red creciente y vertiginosa de tiempos divergentes, convergentes y paralelos. Esta trama de tiempos que se aproximan, se bifurcan, se cortan o que secularmente se ignoran, abarca todas las posibilidades. No existimos en la mayoría de esos tiempos; en algunos existe usted y no yo; en otros, yo, no usted; en otros, los dos. En éste, que un favorable azar me depara, usted ha llegado a mi casa; en otro, usted, al atravesar el jardín, me ha encontrado muerto; en otro, yo digo esas mismas palabras, … , El tiempo se bifurca hacia innumerables futuros”.

La mecánica cuántica no es sólo una teoría basada en modelos matemáticos, su riqueza teórica se colapsa plena de realidades, al grado que,  ha estado presente en los últimos avances de la ciencia, la tecnología y la sociedad, durante el siglo pasado y lo que va del presente. La computación, las telecomunicaciones, los Smartphone, la Internet, los viajes espaciales, la medicina, la robótica, la nanotecnología y tantos campos más, con toda la influencia social que estos despliegan, han revolucionado la vida del ser humano generando cambios sociales, cambios en la conciencia, cambios en las relaciones humanas. Es importante conocer los principios involucrados en este campo del saber para entender la sociedad actual y ofrecer una postura desde el sistema educativo.

Es necesario leer a los clásicos de variados campos de la cultura, como Platón, Kant, Borges, Nietzche, Einstein, Schroodinger, Feynman, Everett, Hawking para entender el mundo actual y ser protagonista del mismo.

 

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