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1197 26 Noviembre 2012

 

LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO
Innovación a la inversa
Edilberto Cervantes Galván

Monterrey.- El doctor Vijay Govindarajan, director del Centro para el Liderazgo Global y profesor de Darmouth College, especialista reconocido en el mundo de la asesoría a los negocios, acaba de publicar un libro con el tema de “innovación a la inversa”.

La innovación a la inversa consiste en desarrollar un proceso contrario a lo que históricamente han hecho las empresas transnacionales.

Históricamente, dice Govindarajan, la innovación se ha dado de los países ricos hacia los países pobres, de países como los Estados Unidos hacia digamos Latinoamérica. La innovación inversa consiste en ir de los países pobres hacia los ricos.

Cuando uno escucha esto se despierta cierto interés. Pero es mayor cuando Govindarajan expresa sus ideas sobre México.

Dice el especialista: “México tiene hoy en día a los hombres más ricos del mundo, pero también tiene a la gente más pobre del mundo, lo que trae como consecuencia una enorme diferencia en cuanto a los ingresos que se perciben en este país”; y agrega: “esto no es un problema sino una oportunidad”. Esto sí que es una novedad.

La clave –dice Govindarajan- es primero entender que la gente pobre necesita casa, salud, educación, transporte, al igual que la gente rica también lo necesita. Pero para lograr que los pobres tengan acceso se requieren mejores precios, esto es, precios accesibles a los pobres.

El experto comenta que son ya varias las empresas transnacionales que han aplicado la innovación a la inversa; diseñando y desarrollando productos en y para los “mercados emergentes” (esto es países como Brasil, Rusia, India, China y hasta México) y adaptándolos después a los mercados de las “economías avanzadas”.

Estas empresas innovadoras a la inversa son, entre otras: General Electric, Pepsico, Unilever, Procter and Gamble. Todas ellas empresas que producen artículos de consumo.

Para Govindarajan, México es un país que podría sacar provecho de la innovación a la inversa. Ese proceso tendría que empezar con cambios que debe emprender el gobierno.

Y aquí viene su propuesta: “Si yo fuera el presidente de México, lo primero que haría es brindar educación, servicios de salud y de transporte, al mismo nivel, tanto a pobres como a ricos, porque lo importante en la innovación a la inversa es dar igualdad a estos dos tipos de población.”

Recomienda también observar de cerca el consumo que realizan los pobres y buscar la manera de ofrecer productos de la misma calidad pero a un precio menor, de tal forma que sean accesibles para los pobres.

Esta lógica de que ricos y pobres tengan acceso a bienes y servicios de la misma calidad, se aplica también entre países pobres y países ricos. La propuesta es que los países pobres tengan acceso a bienes y servicios de la misma calidad de los que consumen los países ricos pero a un menor precio.

Esta tésis de Govindarajan se podría aplicar también en el caso de los servicios públicos en las grandes ciudades en México. La calidad del mobiliario urbano, de parques y jardines, de vialidad, de vigilancia y seguridad pública, el acceso a servicios educativos y de salud, debiera ser del mismo nivel en los barrios y colonias de la gente pobre que la que se ofrece en las colonias de la gente rica.

 

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