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1202 3 Diciembre 2012

 

EN LAS NUBES
Mi título
Carlos Ravelo Galindo

Ciudad de México.- Me hubiera gustado escribir sobre la recepción de mi título de Licenciado en Periodismo, a mis 83 años de edad. Pero qué mejor que el tercero de mis cuatro hijos, el abogado Jorge, lo haya hecho antes que yo. Emocionado los invito a leerlo. Gracias.

El Presidente de la República Lic. Felipe Calderón acordó con el Secretario de Educación Pública Dr. José Ángel Córdoba meses atrás otorgar la Licenciatura en Periodismo a un distinguido grupo de periodistas que se han destacado por su intachable trayectoria, honorabilidad, probidad, profesionalismo y sobre todo valentía en el difícil ejercicio de su profesión.

Este reconocimiento que otorga el gobierno de la República a través del Sr. Presidente fue motivado por  una esencial necesidad de reconocer a todos aquellos hombres dedicados a informar y forjar opiniones en este y otros países. La carrera de Periodismo no existía cuando mi papá, Don Carlos Fernando Ravelo y Galindo la empezó a amar, aprehender y a ejercer. Motivo por el cual un dilecto grupo de periodistas que al paso del tiempo no les fue posible obtener su título porque no existía la carrea, originó que la Máxima autoridad de nuestro país les hiciera este reconocimiento.

Entre este muy pequeño grupo de periodistas se encuentra mi papá, Don Carlos Fernando Ravelo y Galindo, con apenas 83 años de vida, quien en todo momento acompañado en sus desvelos, angustias, tristezas, alegrías, gozos y que inalterablemente ha contado con la fuerza de una gran mujer, mi mamá, Doña Bertha Eugenia Reyes Estrada, quien desde hace casi sesenta años caminan juntos, los dos, de la mano y unidos eternamente en su amor y cariño, mi padre el Güero adorado, el ojitos verdes, el travieso o simplemente con el cariño de esposa, compañera infinita su Betty adorada, le sentenciaría muy seguido ¡Ravelo!

Ellos, mi Papá y mi Mamá dieron como el Angelito de la guarda, casa, vestido, sustento, seguridad a nosotros, sus cuatro hijos: Chacho (Carlos Fernando, ingeniero civil con maestría), Chiquis (Luis Emilio, (actuario con maestría), yo (Cocorito, Jorge Alberto, licenciado en derecho, a secas), y Tuyis (Arturo Javier, licenciado en administracion de empresas, con maestría). Nos darían los recursos espirituales y materiales para lograr nuestros sueños anhelos y concretar nuestro futuro que los cuatro, cada uno de nosotros, nos forjamos.

No miento al decir que los estudios de mi papá son sui generis por lo que destaco que Don Carlos cursó sus estudios de  primaria, acabada dice él en el Colegio Cristóbal Colon, en la Militarizada de Tacubaya y un sinfín de otras instituciones académicas. La secundaria la acreditó con las siguientes asignaturas: aprendiz de herrero, encuadernador, chofer de camión de refrescos en Aguascalientes. La preparatoria; gasolinero, alberquero, farmacéutico, constructor, director de cine, y por último si no es que se le ocurre otra actividad, ayudante de reportero, reportero, periodista, hasta ahí con tan sólo 18 años.

Así pues, el periódico de la vida nacional, Excélsior, su periódico como él le dice, le abrió sus puertas un 4 de marzo de 1947, como ayudante, llevando y trayendo las “notas” de los reportero a talleres de ahí, de leer empezó su vida en el oficio que hoy ya es su pasión, profesión y su vida.

Entrevistó a presidentes, desde Don Adolfo Lopez Mateos, Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría, José López Portillo, Miguel de la Madrid Hurtado; y a artistas: Ana Bertha Lepe, Graciela Olmos (“La Bandida”) mujer que le cantó una canción al tiempo muy famosa; filósofos, y por qué no, también a delincuentes: Goyo Cárdenas, entre otros. Es decir, personajes distinguidos para lo bueno como para lo malo. Reportear, diría él, las fugas del penal de Lecumberri, así como las llamadas Cortes Penales, las “cuerdas” de reos al penal de las Islas Marías, entrevistar a los presidentes de Rumania, Rusia, China, al monarca español, ministros franceses, de toda Sudamérica, y por supuesto a los del vecino país.

Amigo de Fidel y Raúl Castro, Octavio Paz, Carlos Fuentes, Méndez Arceo, Ibarguengoitia, su entrañable compadre Alberto Ramírez de Aguilar, con quien contrabandeo el primer sistema a color de Televisión a Estados Unidos,  junto con su creador González Camarena, porque aquí en nuestro país le negaron la patente. Con Ramírez de Aguilar fue fundador del primer noticiero en la Televisión, titular de un programa de radio en la W, otro programa en canal 5, Jefe de información de la primera y segunda de Ultimas Noticias, Director general de Comunicación Social de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; en fin, muchos caminos recorridos. Cómo olvidar a sus cuates del periódico: Julio Scherer García, Don Hero Rodríguez Toro, Manuel Becerra Acosta y un sinfín de amigos colegas; y por qué no, discípulos.

Mañana 30 de noviembre a las 18:30, en algún lugar de esta ciudad, será reconocida esta trayectoria al entregarle su título y cédula profesional. Estaremos acompañando al Licenciado en Periodismo Carlos Fernando Ravelo y Galindo mis tres hermanos y yo, junto con Martha, mi Martha –parafraseando al nuevo profesionista– con eso digo todo de ella. Sus nietos Jorge Alberto, en meses médico cirujano; Ximena Guadalupe, futura pedagoga; Andrea, comunicadora; Ana Sofía, a meses de ser psicóloga; Mercedes, profesionista; Carlos Fernando, ingeniero; Santiago Andrés, ingeniero; Mariela, contadora; Massimo y Paolo, estudiantes de primaria. ¡Huy, se me olvidaban sus tres bisnietos!

Estarán también Don Teodoro Rentería Arroyabe, mi hermano muy mayor y compadre de toda la vida del Lic. Ravelo y Galindo, Javier Martínez, Coco Ramírez de Aguilar, Raúl y Lupita Basurto, y en espíritu Guillermo y María Teresa, mis abuelos, Don Alejandro Gómez y Yola Cobián, los García Coronado, Daniel Bautista y cuantos amigos más que en este momento se escapan de mi mente.

Todo sería perfecto pero no. Su Betty chula, el amor eterno de siempre, con quien forjo sus ilusiones, caminaron siempre juntos, los dos hacedores de profesionistas. Ella, mi mamá, en el invierno de su vida  ilusionada por su “Güerito ojos verdes” su ¡Ravelo¡ no estará presente en este acto tan importante en la vida de ambos. Ella, que cuando la conoció mi papá era una princesa hoy es toda una Reyna esperará en la noche de mañana en su casa al amor de toda su vida como todo un Rey triunfador. Estoy seguro que en su corazón y con toda el alma le dirá “Te felicito siempre vivirás en mi corazón, nunca te olvidaré, Güerito de toda mi vida cumplimos otra ilusión más”, así lo piensa, seguro estoy de ello.

Pues bien  con todos estos disparos mentales, conceptos, datos y demás como le haré para decirle a Don Carlos Fernando y a Doña Betty lo que siento por ellos y poder hacer una crónica o un reportaje o no sé qué, mejor eso se lo dejo a mi papá; pero eso sí, ¡le gané la primicia de esta noticia al Licenciado en Periodismo Carlos Fernando Ravelo y Galindo!

29 de noviembre de 2012

carlosravelogalindo@yahoo.com.mx

 

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