ANÁLISIS A FONDO
¿Tiene remedio la justicia?
Francisco Gómez Maza
Entre la corrupción y la ineficiencia
¿No habrá ya inocentes en la cárcel?
Ciudad de México.- El procurador Jesús Murillo Karam da la razón a Análisis a Fondo (“La olla de los milagros”, del 4 de diciembre), cuando asegura que las instituciones encargadas de la seguridad pública, la procuración y el procesamiento de información estratégica están desarticuladas y así no pueden tener objetivos claros y resultados medibles.
En la columna citada advertimos que la tarea fundamental de don Jesús deberá ser construir una Procuraduría General de la República basada en procesos y procedimientos confiables, con indicadores e incentivos alineados, como debiera de ocurrir en cualquier organización absolutamente confiable.
Lo más grave, y qué bueno que lo reconozca el nuevo procurador, pero “más bueno” sería que lo recompusiera, es que este infortunio sucede al interior de tales instituciones, desgracia que ocasiona una clara desvinculación entre la integración de la investigación y su planteamiento ante las autoridades judiciales, abonando a la impunidad. La mayoría de las pruebas que presenta el Ministerio Público, en la inmensa mayoría de los procesos, se desvanecen por inconsistentes.
Al respecto, el diagnóstico presentado por el secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, en la reunión del Consejo Nacional de Seguridad del lunes pasado revela que, a la par de que los recursos destinados a la seguridad aumentaron en más de dos veces, también se incrementaron los delitos. Entre 2006 y 2011 se cometieron 11 millones, pero lo deplorable es que sólo 8 de cada 100 fueron denunciados y de esos 8 sólo el 15% fueron resueltos y sólo uno de cada cien, castigados.
Y es que la PGR arrastra una estructura que no corresponde a la realidad; fue acondicionándose desordenadamente lo cual ocasionó a fragmentación descoordinada que bloquea y desfasa el ejercicio de su función, en detrimento del cumplimiento de sus obligaciones, como lo reconoce Murillo Karam.
La PGR creció desproporcionada y desconfiguradamente, y ausente de objetivos generales, permanentes y sistémicos. Se produjo un incremento en la cantidad de policías y ministerios públicos, pero no en la calidad de sus elementos ni en el mejoramiento de los procedimientos con, por lo menos, la suficiencia para enfrentar una delincuencia creciente.
En cuanto a la reforma del sistema de justicia penal de 2008, ésta ordenó las líneas genéricas para su modificación, con ocho años para su implementación, pero a la fecha, cuatro años después, los avances son mínimos y, como lo reconoce don Jesús, los esfuerzos de capacitación se estrellan ante la ausencia de la definición precisa que deberán hacer las leyes reglamentarias el modelo constitucional.
Por otra parte, de acuerdo con el diagnóstico presentado por el procurador, las arcaicas prácticas de elaboración de los documentos fundamentales del proceso propician la fuga, la falsificación y el uso indebido de estos como un elemento más de corrupción e ineficiencia.
Se perdió el propósito central de la investigación y se cubrió con medidas extraordinarias que han producido un efecto perverso, al convertirse en el casi único mecanismo de consignación, violentando con frecuencia derechos fundamentales, situación que muestra claramente las dramáticas estadísticas sobre el tema.
Palabras más, palabras menos, el diagnóstico tanto de la Secretaría de Gobernación como de la PGR coincide con los datos aportados por Análisis a Fondo, publicados precisamente el día en que se dio a conocer la designación de Murillo Karam como titular de la fiscalía federal. Ver: http://analisisafondo.blogspot.mx/2012/12/analisis-fondo-la-olla-de-los-milagros.html
Bueno el discurso del procurador: al hablar de utopías, considero que los propósitos centrales de las instituciones que tienen que ver con la justicia deben tener como meta, aunque sea ideal, la justicia plena, que consiste en que no haya un inocente en la cárcel y que el delincuente sea sancionado. Así de simple y así de difícil. Pero, ¿imposible?
analisisafondo@cablevision.net.mx
