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1215 20 Diciembre 2012

 

TRANSICIONES
Entre las piedras cortadas
Víctor Alejandro Espinoza

Tijuana.- El día de ayer, miércoles 19 de diciembre, en las instalaciones de la Universidad Autónoma de Baja California, en la ciudad de Tecate, junto con el ex presidente municipal, Pablo Contreras Rodríguez, presentamos el libro “Agua de tus manantiales”, escrito por la señora Concepción Vizcarra de Arámburo y editado por Eón y el semanario Zeta.

El trabajo de doña Coty, como la conocemos y se le conoce en  el terruño, representa una valiosa aportación a la historiografía tecatense. No es un libro de historia en sentido formal, sino un largo testimonio narrado en segunda persona, sobre la vida política y social de la escritora. Esta es una singularidad de la obra: la narradora habla sobre sí misma como si fuera otra persona. “Estuviste, viste, participaste, entregaste”. Esta particularidad se destaca pues se trata de un libro testimonial; sin duda ese estilo complicó la escritura; pero a estas alturas de la vida es sólo la cereza en el pastel.

Tengo el privilegio de conocer a doña Coty desde mi infancia; pero también a su familia; son las ventajas de ser tecatense: en el terruño muchos nos conocemos o estamos emparentados. Pero además, doña Coty es un personaje ineludible: Cuanta lucha social, política o evento cultural tiene lugar, siempre lo abandera o participa nuestra autora.

Me llama la atención las afinidades entre algunos luchadores sociales. Doña Coty narra que en algún momento se identificó con Heberto Castillo quien fundó el Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT).

Pues bien, otro admirado amigo y con quien tuve el honor de trabajar a mi llegada a la Ciudad de México, fue el Ing. José Álvarez Icaza (padre de mi compañero en CENCOS, la agencia de noticias por él fundada, Emilio Álvarez Icaza Longoria, actual secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA). Don Pepe también participó en la formación de ese partido. Pero lo que quiero llamar la atención es que Pepe, como doña Coty, abrazaron la participación política comprometida con las causas de los pobres desde una fuerte formación católica. Álvarez Icaza pasó de la derecha radical a la izquierda desde la filosofía cristiana; pero doña Coty nos cuenta cómo incluso se apoyó en las damas católicas y en el sacerdote de la parroquia quien vio con buenos ojos su convocatoria a una de las tantas marchas por ella convocada.

La historia oral es un recurso fundamental para entender y comprender quiénes somos y de dónde venimos. Es una fuente –la fuente viva la llama Miguel Barnet- desde donde se puede reconstruir la historia menuda, la de la tierruca. Doña Coty no es solo una narradora excepcional; es una protagonista de las luchas desde abajo, sin las cuales las transformaciones sociales serían incomprensibles. Es un bello libro sobre mi tierra, a propósito de su reciente denominación como “Pueblo Mágico”.

Las razones de la  participación ciudadana son un enigma. ¿Cuáles son los móviles que empujan a determinadas personas a participar? Un accidente, una injusticia, un agravio familiar, el amor o desamor: son muchas y variadas. Pero más difícil de entender, ¿cómo se inicia la participación defendiendo causas marginales o aquellas que se enfrentan a los poderes constituidos? Doña Coty cuenta en su libro que ofendida por la falta de agua y la injusticia por el ilegal cobro de una supuesta obra para resolver el problema, en 1973 escribió una carta al presidente Luis Echeverría, donde denunciaba el atropello. Ese fue el detonante. Su esposo, don Jorge Arámburo contaba: “'Fui yo quien la llevó a la Unión (Asociación de Propietarios de Bienes Raíces de Tecate), donde inició su primera participación –mas luego se lamentaba: 'pero si he sabido que de allí ya no la pude parar, mejor ni la invito”.

Al final el recuento de una vida comprometida con las luchas populares: “'No importa', me dijiste, 'quién o quiénes se adjudiquen los logros de los movimientos sociales. Lo principal es participar en ellos. Si se ganan o se pierden, lo que cuenta es la satisfacción de haber cumplido con un dictado de la conciencia, un deber cívico para el bienestar social y comunitario”.

Cómo quisiéramos que estos liderazgos sociales abundaran; por desgracia no es así. Pero los frutos son incuestionables: lo poco o mucho que se ha logrado en la construcción de una matria más justa está en deuda con el sacrificio, la participación desinteresada, al amor a la tierra y al prójimo, de luchadoras(es) como doña Coty.

Investigador de El Colegio de la Frontera  Norte.
victorae@colef.mx.
Twitter: @victorespinoza_

 

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