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1215 20 Diciembre 2012

 

ANÁLISIS A FONDO
Una inyección de confianza
Francisco Gómez Maza

Si no hay seguridad no habrá bonanza
Obras son amores y no buenas razones

Ciudad de México.- En el primer tramo de su administración, el presidente Enrique Peña Nieto y su operador de la política económica, Luis Videgaray, tendrán que conformarse con los magros resultados permitidos por la oferta y la demanda, que no permitirán un despegue significativo de la actividad productiva, aunque tendrán que sembrar seguridad y confianza entre los factores de la economía para comenzar la cosecha a mediados del sexenio.

Para abonar la tierra en la que se desarrolla ya maltrecha economía mexicana, el gobierno priísta deberá apurar, junto con el Congreso, las medidas de cambio estructural a que se ha comprometido en el Pacto por México, necesarias para alcanzar mayores niveles de inversión: la reforma del sector energético para democratizar una porción sustancial del capital de Petróleos Mexicanos, particularmente; la reforma fiscal integral, que permita, sobre todo, ampliar la base gravable e incrementar los ingresos fiscales para gasto de inversión; y bajar los índices de inseguridad pública.

Estas reformas deberán ir acompañadas por una mejora del marco regulatorio, una mayor desregulación y facilitar la competencia; así como una mayor eficiencia del gasto público y mejorar la infraestructura.

Hace unos días, Peña Nieto manifestó su deseo de impulsar la creación de por lo menos un millón de empleos anuales para satisfacer en gran parte la demanda de puestos de trabajo. Sin embargo, es sólo un buen deseo del presidente de la república. Las condiciones inestables de la economía mundial y, particularmente, de la economía estadounidenses no serán propicias para que la economía mexicana salga del marasmo en que ha venido operando históricamente.

La última encuesta del año –la de diciembre– levantada por el Banco de México entre analistas económicos del sector privado, arroja expectativas poco alentadoras a corto y mediano plazos.

Los números esperados de acuerdo con los pronósticos para el año que está por inaugurarse ya a la vuelta de la esquina son extremadamente conservadores. Véalos y analícelos:

Esperan:

Un crecimiento anual del PIB en 2012 de 3.87 por ciento. Un incremento a tasa anual del PIB de 3.45 por ciento para 2013.

Para el cierre de 2012, una tasa de inflación anual de 4.00%. Una tasa de inflación anual al cierre de 2013 de 3.69 por ciento (3.77 por ciento en la encuesta de noviembre pasado).

También destacan los siguientes resultados:

Aumentos de 2.11 y 6.21 por ciento, respectivamente, del consumo y la inversión del sector público para. Variaciones anuales de 3.79 y 6.21 por ciento del consumo y la inversión del sector privado para 2012, respectivamente.

La marcha de la economía mexicana, pese a los buenos deseos y propósitos de Peña Nieto, continuará siendo frenada por los mismos factores negativos, a no ser que la violencia comience a ser desactivada y se avance rápidamente en crear condiciones de seguridad para despejarse los nubarrones de miedo en las regiones más dañadas por la confrontación violenta entre la multitud de grupos delictivos.

Los principales factores que los analistas económicos continuando señalando como aquéllos que, de manera más importante, podrían limitar el ritmo de la actividad económica en los próximos seis meses, son:

-  La debilidad de los mercados externos y de la economía mundial.

-  La inestabilidad financiera internacional.

-  La ausencia de cambio estructural en México.

-  Los problemas de inseguridad pública.

analisisafondo@cablevision.net.mx

 

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