Suscribete
 
1215 20 Diciembre 2012

 

MALDITOS HIPSTERS
Encerrón en el Blue Palace
Luis Valdez

Monterrey.- ¿Qué ha pasado con aquellas noches de gloria y diáfana cantidad de
dinero en nuestros bolsillos, cuando volaban los billetes hacia la
mano de un mesero para pagar un privado en el Infi?

¿Por qué Dios o los hombres (maldita humanidad) han permitido la desaparición gradual
de los clubes privados (teibols) donde solíamos reunirnos luego de un
día de trabajo? Recuerdo a la vestida de enfermera, que tanto gustaba
a un amigo de Zacatecas, al grado de que apenas descendía del autobús y
a los 10 minutos ya estaba frente a la tarima aplaudiendo a esta
mujer.

¡Oh, los recuerdos de lo populares que eran esas artistas del tubo! Y
enfrente el Tangalay, tradicionales lugares que ahora comenzamos a
añorar como si hubiera sido hace treinta o cincuenta años. La Negrita,
la Zota, la Cava… el Rancho Loco 2. Tantos recuerdos que ahora se van
como los orines en la barra de un maloliente WC de caballeros.

Nos queda Reforma, ya sin sus puestos. Nos quedan la Cava, el Blue
Palace y el Matehualita 2... a menos que a algún cabrón se le haya
ocurrido armar una balacera (balas y armas sobran en estos tiempos) en
plena esquina de Amado Nervo y Reforma. Entonces llegan los soldados y
cierran la calle y nadie puede salir de los antros. Las teiboleras
comienzan a telefonear a sus clientes más allegados a la milicia para
pedir utilicen sus influencias y las saquen. Es inútil. Los militares
que sólo tienen dinero para ir a los teibols de Reforma, son unos
muertos de hambre que no completan para irse al Amnesia o al
Obsessión. Ellas no lo entienden y gastan su saldo hasta que
desesperan y sólo murmuran “me quiero salir, me quiero salir, me
quiero salir...”

Cada media hora entran elementos militares a registrar el lugar, a los
empleados y clientes. Un par de horas después dejan libre la calle y
todos puedes escabullirse.

A la mañana siguiente aparece una nota en la televisión local: “Luego
de una intensa balacera, los implicados lograron escapar y la calle se
cerró, abriéndose el acceso momentos después”.

¿Momentos después? ¡A otro perro con ese hueso!

 

Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 


15diario.com