UN AÑO DE MENOS
Este año fuimos más jóvenes.
Más jóvenes, a pesar de todo:
de la edad irremediable,
de los reveses que envejecen,
del intento que cayó podrido
de los abusones y los malvados
que nos quitaron vidas
de niños, adultos, mujeres, viejos.
Fuimos más jóvenes por los jóvenes.
Ellos fueron los que renovaron
aquello que se creía caduco
anacrónico, escandaloso, de locos.
A ellos, a los jóvenes que dijeron basta
en un eco fantástico de los cordobeses
de mil novecientos dieciocho
y de los multánimes
de mil novecientos sesenta y ocho
les debemos que este año flagelado
por el hambre, la avaricia y la muerte aleve
(aún el peor lugar común de la humanidad)
haya sido no un año de más
sino un año de menos.
ABRAHAM NUNCIO