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1220 28 Diciembre 2012

 

MALDITOS HIPSTERS
Largos días de diciembre
Luis Valdez

Monterrey.- ¿Puedes comparar la rapidez de los días previos a la Navidad, cuando
corres como loco de un extremo a otro de la ciudad para comprar
regalos, a los días después de esto para ya acabar el año? Si acaso te
presionan para que consigas uvas (doce por persona, pero a la mayoría
eso nos viene valiendo madres).

Aunque extrañas los microshorts veraniegos, una emoción hace que te
levantes de la cama o el sillón. Envidiamos al gato que puede estar
la mayor parte del día en una silla sin que le reprochen, a menos que
sea hora de la comida  y haya una familia numerosa.
  
Por lo demás, la familia descansa. Ya es 28 de diciembre y algunos
pocos tuvieron la mala suerte de tener que quedarse a montar guardia
en sus trabajos. Guardia porque, ¿a quién rayos se le ocurre que va a
tener trabajo en estas fechas? Al 99.99 por ciento de la gente ya se le fue el
aguinaldo y es cuando se comienza a temer por el alza del dólar de
inicios de año. Porque no se ha acabado el mundo, porque los infieles
son igual de infieles y los borrachos igual de borrachos que el año
anterior. Un 31 de diciembre no cambia demasiado las cosas aunque
salgan con esa cursi idea de “Los Propósitos de Año Nuevo”.
  
¿A quién se le habrá ocurrido una idea tan mediocre y tan hipócrita
como lo de los Propósitos? La mayoría no los cumplen, y quienes los
cumplen suelen pasar el año atormentados. Yo mismo, y de manera tan
ridícula, he padecido el no comprar cómics de cierta empresa que
comercializa Superhéroes a más no poder, pero han sacado a la venta
ediciones más baratas y colecciones de lujo (es difícil resistirse a
comprar Las Mejores Historias de Ironman, o Los Avengers Zombis).
  
Pero he resistido como los meros machos, aunque en una semana más
hundiré mis botas en el pantano de las revistas de segunda mano,
presto a gastar lo menos posible en cómics que luego no sabré dónde
carazos dejar para deshacerme de ellos.
  
Son largos estos días de diciembre en que me tocó hacer guardia, en
lugar de estar en una exótica playa de Acapulco, Cancún o Tampico. Es
largo y penoso sentir que la vida se va lento mientras los demás
duermen en sus camas y se despiertan sólo para tener sexo mañanero,
aunque luego deban levantarse a lavar sus cositas (todo implica un
sacrificio).
  
¿Dónde se esconden ahora todos esos hipsters que andan de antro en
antro, que se desvelan? Por supuesto, andan dormiditos hasta que les
pega el hambre. Andan de vacaciones o sin empleo, porque a final de
cuentas ser Nini es lo de hoy… al menos hasta el fin de año.

 

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