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1352 2 Julio 2013

 

¿Quién es David González Cantú?
David Carrizales

Monterrey.- A diferencia de otros activistas, David González Cantú, no es asiduo participante en manifestaciones políticas, ni da ruedas de prensa para salir en los medios exigiendo cambios sociales. Desde hace tres décadas, trabaja con jóvenes de zonas marginadas para rescatarlos de los vicios y el ocio; los impulsa a que estudien y les enseña oficios que los hagan útiles y productivos.

Su casa de la colonia Hidalgo al norponiente de Monterrey, es un taller, un vivero, una escuela, un laboratorio, una carpintería, un confesionario y un refugio para las juveniles almas extraviadas que encuentran ahí una opción distinta al menosprecio, el maltrato, el desamparo y la violencia que hay en las calles, en las instituciones oficiales y a veces hasta en sus familias.

En 1980 yo llego a Monterrey de La Laguna a trabajar en una empresa familiar, me integro al Partido Socialista Unificado de México (PSUM), luego viene el problema del pandillerismo, relacionado con la crisis del 82, cuando los chavos cumplen 15 años y los papás los avientan a la calle, porque no había nada para ellos.

Los padres perdieron el proyecto de familia: casa, un hijo técnico, una hija secretaria. Todo eso se acabó. Vas para afuera del trabajo y todo mundo se desmorona, si no había para comida, menos había para libros, cuadernos y uniformes. Con la crisis arrecian los vicios.

Sin posibilidades de ir a la escuela, sin oportunidades ni armas para el trabajo, los muchachos se van a las calles. En colonias del Infonavit o Fomerrey, sin plazas, había calles cerradas. Se juntaban de sesenta, ochenta, cien güercos de 14 a 16 años, rompían algún vidrio, hacían relajo, llegaba la chota (policía) a querer detenerlos. Los chavos les partían su madre y eso era poder, más cuando se unían los de dos o tres cerradas.

El problema es que incapaces de contener a los jóvenes los polis les dispararon, y en abril de 1986 mataron a uno de ellos, en la Infonavit Valle Verde, se llmaba Erick. Nosotros entramos a instancias de la mamá, queríamos llevar una propuesta para encaminar esa rebeldía.

Fue cuando hicimos el periódico Al Tiro, porque llegamos a tener tanta influencia desde las colonias Morelos, Madreselva, todos los sectores de Valle Verde, y no había posibilidad de llegar personalmente a todos. Hicimos una revistita muy simple, pero que de alguna manera era el arma que podíamos tener para influir.

Logramos que los candidatos a la alcaldía de Monterrey, Sócrates Rizzo García (PRI, luego alcalde, posteriormente gobernador) y Tere Madero (PAN), fueran con la banda. A raíz de ese encuentro Sócrates creó el Instituto de la Juventud y nombró al frente a Rosalinda Robledo, iba todo bien, era muy accesible; pero después llega Silvia González, que tenía aspiraciones de ser diputada, y empezó a “convencer” a la raza para que la apoyara, a base de balones, becas; echó a perder todo, los muchachos se enchufaron en canales oficiales, se terminó Al Tiro, y les dijimos “chinguen a su madre”.

En 1992, David González fundó la asociación Consejo Social de la Frontera Norte AC, para atender a hombres y mujeres menores de 18 años en situación de marginación y vulnerabilidad, apoyándolos con capacitación laboral. A partir de 1998, empezó a impartir cursos y talleres para que los interesados aprendieran a reparar computadoras e instalar redes informáticas, mecánica automotriz, serigrafía, escultura, cerámica, música, plomería, electricidad, carpintería.

Y más recientemente, ahí aprenden a instalar paneles solares, agricultura hidropónica, cómo crear huertos familiares y muros verdes, o armar un vivero, para lo cual cuenta con un equipo de voluntarios expertos en diversas disciplinas.

Hay gente que me dice “yo tengo un horno de cerámica, llevé varios cursos en Cuba para hacer murales de azulejo y no tengo dónde ponerlo y no tengo a quién enseñarle.” ¡Orale! aquí te damos el espacio, y tú nos pagas enseñándole a los chavos, y a lo mejor te salen ayudantes buenos.

De 1998 a la fecha, han sido beneficiados más de 200 jóvenes que recibieron cursos de seis meses a un año, en frecuencias de cuatro horas diarias impartidas de lunes a viernes: Hay el caso de un chavo que terminó la secundaria, ya no hubo dinero para estudiar, fue a buscar trabajo a las carpinterías, llegó a una donde estaban el papá y cuatro hijos.
- Pues qué sabes hacer? Estamos completos.
- Pues sé usar las máquinas, la sierra cinta y la sierra circular, sé manejar el torno.
-Ah sí, sabes manejar el torno? Pues aquí tenemos uno, vente.
Después de una prueba, en ese mismo momento le dice el señor, “me interesa que te quedes, tiene dos años parada la máquina, porque no tenemos tornero y sí se ve que sabes”.
Otro chavo vino a presentar solicitud para hacer un curso de carpintería. ¿Tú por qué quieres aprender esto? Es que ya no voy a seguir estudiando, porque no hay dinero y mi papá me quiere llevar con él, es cargador del Mercado de Abastos. Y me dice uno de los chavos que lo conocía, pero este es “cuerda”· A ver, tráeme tus calificaciones. Tenía 9.5 de promedio en los tres años de secundaria. Bueno, dile a tu papá que quieres seguir estudiando, que no le vas a pedir dinero, pero que él tampoco te pida para la casa, y que tú de alguna manera vas a estudiar.

Su papá estuvo de acuerdo, lo mandamos con un amigo de nosotros para que le diera beca de cien por ciento, y luego con otro amigo para que lo contratara como mozo por cuatro horas diarias, para que tuviera para los camiones, libros, materiales y hasta para un lonche. Estudió la prepa con los mismos promedios, pero como fue en escuela particular, para entrar a la UANL está carísimo. Buscó trabajo para ahorrar dinero, entró como almacenista, y de ahí se lo llevan a otra empresa con mejor sueldo, y de ahí a la administración. Sus jefes le dicen ¿Por qué no estudias técnico o la carrera de contabilidad? Cuesta mucho dinero. Por eso, pero te damos chanza aquí.

Hace días me habló ¿Ya almorzaste? Quiero ir a platicar contigo para que me aconsejes a cuál escuela entrar, y se trajo barbacoa y tortillas. Ahorita anda en eso de inscribirse para estudiar como contador.

Aquí les damos capacitación, los preparamos para una vida mejor, de trabajo,  mientras los valores que prevalecen en la sociedad son los del dinero, no importa que lo hagas mediante la corrupción, de manera fácil con el narco. “Y eso es lo que te da grandeza, te hace regio”.

Con lo que les enseñamos no se van a hacer ricos trabajando, pero tampoco de narco ni de malandro. Los valores de “no robarás, no matarás”, te los da cualquier religión; esos de “sé honesto, atento con los viejos” es de familia.
Me preguntan los chavos ¿Y tú por qué lo haces, qué ganas? Pues yo gano que tú no me molestes, lo que gano dándote clases es que no quiero tener los malandrines aquí afuera de mi casa, y poder salir tranquilo, si ustedes son gente de bien, de trabajo.

Son pocos de los que me han dicho que salieron a hacer males. De los vicios, de las drogas, algunos no se salieron, pero así llegaron, pero no se fueron con los malos (crimen organizado), trabajan para su vicio. Vivían en barrios muy viciados y se enseñaron a hacer algo productivo, aprendieron que había que trabajar, que de malandrines no había nada bueno, porque no duraban.

En Valle Verde hubo un chorro de muertos de los primeros que agarramos para los cursos; pero en Santa Catarina donde tuve más gente, hoy están casados, trabajan para su familia.

Hay un caso fregonsísimo, de los primeros que tomamos. Vienen y me dicen: Fulanita de tal, La Fabiola, alias “La Ardilla”, es una hija de la chingada, la acabamos de expulsar (tercero de secundaria), por una travesura gruesa, había tirado al piso un pastel que iban a compartir por el cumpleaños de un alumno.
¿Cuánto falta para que se acabe el curso? Son tres meses, pero ya no la queremos, no es pendeja, es cabrona. Mándamela. La interrogué ¿Qué te gustaría hacer? Quiero ser mecánica automotriz.

Investigamos y en la prepa de Santa Catarina había la opción. Hablamos con los de la secundaria, “aviéntale la bronca a la prepa, porque quiere seguir estudiando, no anda buscando con quién casarse".

Ya que estudió en la prepa, la mandaron a una agencia de la Nissan para que hiciera sus prácticas. Era la única mujer, como era brava y sabía de mecánica se defendió ante los hombres, “aquí somos iguales”. De mecánica pasó a jefa de taller, la mandaron a cursos, le encantaba andar chorreada de grasa, y luego la pusieron en recepción de carros para checar las fallas y asignarlos para reparación. Se casó con un mecánico, ya tienen dos hijos, tienen su casa, es cuerdísima y está de jefa en una agencia de la Nissan. Era muy inteligente rebasaba a todos los cabrones, por eso se revelaba ante cualquiera que pretendiera imponerle condiciones.

Esos son a los que yo quiero que son a los que no quieren los maestros y a veces ni sus padres, los que contradicen, pero que son inteligentes y muchas veces tienen la razón.

 

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