Suscribete
 
1456 25 Noviembre 2013

 

Roban y no hacen nada
Hugo L. del Río

Monterrey.- La tragedia no la vive Margarita Arellanes: la tragedia la sufrimos nosotros. Algún día, ella se retirará (o la retirarán) de la vida pública. Pero nosotros nos quedamos como estamos, como somos. Los hombres pierden el poder: permanece en su lugar una sociedad desvitalizada como la nuestra.

Monterrey tuvo buenos alcaldes: seres humanos equipados con sensibilidad política, inteligencia y energía. Para sólo citar cinco nombres, recordaré a Rafael González Montemayor, Leopoldo González Sáenz, César Lazo Hinojosa, Óscar Herrera Hoskings y Sócrates Rizzo. Arellanes no es la primera presidente municipal que se descobija sola en la impaciencia por darle un leve pellizco al marranito donde guarda sus ahorros.

Todavía no cumple un año en el Ayuntamiento y ya la expusieron a la burla y el desprecio. Además, lo hicieron de manera profesional. El pueblo mexicano envidia y aplaude al político que se roba mil millones, pero hace el coraje del milenio cuando se entera que el funcionario invierte veinte millones en una casita de interés social.

Margarita tenía mil soluciones al alcance de la mano. Pero cayó en el error de negar lo que es evidente y procurar desmentir al único diario que tiene Monterrey. Nuestros personajes públicos roban. Lo sabemos y hasta lo podemos aceptar, bajo determinadas circunstancias. Desde que era niño lo escucho: “Que robe, pero que haga algo”. Y sí, algunos caían en el cinismo, como el edil de no recuerdo qué pueblo, quien dijo a sus críticos: “Cómo que no he hecho nada. ¿Qué no han visto la casa que me construí”. No, lo más lamentable es la total ausencia de cultura política de los gobernantes. Y lo peor: la deficiencia escala desde el Municipio hasta la Presidencia de la República, pasando por el gobierno del estado.

De corrupción ya ni caso tiene hablar. Ahora, aparte de la depravación moral, quienes nos gobiernan son gentecilla mediocre, cuya ambición está a millones de años-luz de su capacidad. Arellanes quiere ser gobernadora, pero ni puede quitar de la calle a los ambulantes ni sabe cómo manejar un problema que su ineptitud convirtió en crisis. La incompetencia en el manejo de la cosa pública no es cosa de broma, aunque el ingenio del mexicano ya le haya inventado mil chistes a la alcaldesa.

Pero en la vida real esta insuficiencia estrangula a la sociedad. Hace miles de años escribió Platón: “Pero, ¿no hay pobres en los gobiernos oligárquicos? Casi todos los ciudadanos, salvo los jefes, lo son…Tal es, pues, el carácter del Estado oligárquico”.

Ellos viven en San Pedro: ¿acaso se van a preocupar por los millones de seres humanos que no somos sampetrinos, sino, dicen sus hijos, prole envidiosa?

 

Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 

 

15diario.com