Suscribete

 
2273 11 Enero 2017

 

 

Esa fauna rara llamada políticos
Eloy Garza González

 

Monterrey.- Hay una ley económica que yo desapruebo especialmente. Se llama Ley de Preferencia Temporal. Quien sigue está Ley quiere lograr sus objetivos o satisfacer sus deseos cuanto antes. Le da más valor a los bienes presentes que a los futuros.

Esta Ley es contraria al ahorro. Es la ley del Carpe Diem, o sea, “aprovecha el día de hoy y desconfía del mañana”.

Yo provengo de una familia que no sigue la Ley de Preferencia Temporal; que valora más los bienes diferidos en el tiempo.

Díganme aburrido pero prefiero la autodisciplina, es decir, privarme de una gratificación actual a cambio de otra mejor en el futuro.

El ahorro y el trabajo definían a los regiomontanos. Antes. Ahora ya no.

Quizá por la moda vulgar de ser políticos (sin generalizar) o vándalos, muchos regiomontanos se orientan hacia el presente y son hedonistas: buscan el placer inmediato. Instantáneo.

A diferencia de nuestros abuelos, que privilegiaban el trabajo y el ahorro como forma de vida, ahora los impulsos gobiernan la conducta de esta gente, o porque no es disciplinada para sacrificar una satisfacción presente por otra futura, o porque carece del sentido del futuro.

Eso es especialmente notorio en muchos políticos (de nuevo, no generalizo). Se ocupan de tareas que en el fondo no les apasionan, cambian con frecuencia de cargo sin interesarse por ninguno y viven a expensas de usted que me lee y de mí.

Incluso sus ansiedades sexuales desbocadas demuestran que su cuerpo es una cosa que quieren agotar cuanto antes pero no reparar.

¿Por qué creen ustedes que entre la clase política es más frecuente la ruptura matrimonial, la promiscuidad, el alcoholismo, la adicción a las drogas, la violencia, el crimen?

Estos vicios tienen como causa común la Ley de Preferencia Temporal. Un tema más económico que moral.

 

 

 

15diario.com