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2273 11 Enero 2017

 

 

La Coparmex y el “Acuerdo”
Carlos Villarreal C.

 

Colima.- La convocatoria a las cúpulas obrera y empresarial para la firma del “Acuerdo para el fortalecimiento económico y la protección de la economía familiar”, convocada el 9 de enero de 2017 por el gobierno federal es, como dice la Coparmex, un acuerdo hueco.

La Coparmex señala, con razón, que en dicho acuerdo no están claros los objetivos, las metas, “las métricas” del acuerdo, incluso reclama que no haya sido un proceso de diálogos amplios para llegar a consensos sobre qué hacer.

Expone también un típico comportamiento de este gobierno federal al indicar que fue un proceso “fast track”, ya que les pasaron el documento (ya elaborado) dos horas antes de la reunión.

Además, ni en el documento ni en el proceso de firma se toma en cuenta la situación de indignación y alarma que vive la población del país. Esa realidad no es suficientemente valorada por el gobierno federal.

Es simple: A la población le angustia que tras el aumento de la gasolina entre un 15 y un 20% (que será la pauta para el resto de las mercancías), los salarios generales aumentarán sólo un raquítico 3.9%. No se necesita ser experto en economía para entender lo grave de la situación. La consecuencia es una caída del poder adquisitivo ya de por sí muy mermado de la población y ello impactará negativamente en la marcha de la economía, en el empleo, en el crecimiento y la actividad de los negocios.

Y encima la gente ve con asombro cómo se le va de las manos Pemex, premeditadamente y/o por una mayúscula ineptitud, una empresa gigante, la principal del país, la más estratégica que ha tenido el Estado, la más rentable de todas las empresas del país, ciertamente, se le va, se la quitan de las manos al pueblo de México.

Es imperdonable que México esté en la situación actual. Esta situación se debe al régimen de Vicente Fox, al de Felipe Calderón y ahora como culminación del error (o del plan) a Enrique Peña Nieto.

Fox triplicó las importaciones de petrolíferos (gasolina principalmente) de 3.7mmdd en 2004 a 10mmdd el 2006 y Calderón irresponsablemente aumentó las importaciones hasta más de 29mmdd... (y este aumento no se explica por el tipo de cambio que subió de 10 a 13.5dls por peso en ese sexenio) ¡triplicó la importación de gasolinas!

En esa inercia de incapacidad e irresponsabilidad las refinerías mexicanas se están cayendo, sin mantenimiento ni la capacidad de procesar lo que México necesita, entre Calderón (80dls promedio de la mezcla de exportación del sexenio) y Peña Nieto (66dls promedio de los 4 años que lleva en la Presidencia), despilfarraron más de 100mmdd y no pudieron hacer dos o hasta tres refinerías estratégicamente instaladas para cubrir las necesidades internas de los combustibles que sí “Mueven a México”.

En cuestión de combustibles hoy estamos convertidos en un país “bananero”: exportamos crudo e importamos gasolina. En “el acuerdo” no hay una sola palabra sobre una disminución de los precios de las gasolinas, por el contrario, el gobierno de Peña Nieto insiste en mantener la política de precios aumentados a las gasolinas y el diésel.

Y por lo tanto lo grave es que ni en el anuncio de Peña Nieto ni en el agachado discurso del “líder” de la CTM, Carlos Aceves del Olmo, se habló de la necesidad entonces de implementar una política salarial que incluya un aumento al salario mínimo inmediato de al menos el 10% general y revisarlo en marzo… el mismo día 1 no el 31.

También entonces, aparte de seguir exigiendo la revisión de las prioridades en las inversiones y gastos del gobierno, por ej. la inversión del aeropuerto internacional de la Ciudad de México, tan cuestionado en su decisión y en el proceso de adjudicaciones y costos altísimos, se debe de reconvenir a Pemex que inmediatamente garantice seguridad en las plantas, el aumento de la producción de gasolinas de manera urgente, al menos a los niveles que estaban hace 5 años.

@nosotros y todos en México exigimos que se recorten TODOS los altos salarios en el servicio público, empezando por la vergüenza nacional que es el salario de 800 mil pesos mensuales que gana el director del Infonavit y, en ese tenor, revisar esas y las demás estructuras institucionales a fin de bajar los salarios de todos los funcionarios públicos a una cantidad no mayor a lo que gana el presidente.

Ningún cargo público podrá hacerlo y esta debe ser una medida inmediata; además las vacaciones, aguinaldos y similares de todos los órganos de gobierno no deben ser mayores al promedio de la economía nacional, y así por el estilo. El recorte vendrá primero de las esferas del gobierno, no puede haber un gobierno con gastos de ricos en un país pobre.

 

 

 

15diario.com