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2275 13 Enero 2017

 

 

HORIZONTE CIUDADANO
El más peligroso
Rosa Esther Beltrán Enríquez

 

Saltillo.- Para desgracia nuestra ya es una frase célebre: “México, el país más peligroso…”. Sí, la frase se convirtió ya en un axioma, una verdad incuestionable, un postulado que no necesita demostración.
México es el país más peligroso de América Latina para ejercer el periodismo (Forbes, 12-01-17)...

...además, según la revista Expansión, entre 2007 y 2016, en el país fueron asesinados mil 232 trabajadores de los medios de comunicación, situación que  tiene como consecuencia lógica la autocensura, la moderación de la crítica ante las demandas millonarias por parte de políticos voraces lo que también lleva hasta el abandono de la profesión.

Ahora también se alcanza el nada honroso primer lugar, el más peligroso para ejercer el sacerdocio, tras 10 años de guerra en contra de la delincuencia organizada, según un informe del Centro Católico Multimedial, “Tragedia y crisol del sacerdocio en México, 10 años de persecución” (CCM 21-12-2016), esta década ha sido devastadora para los clérigos mexicanos.
Según ese informe, el sexenio de Felipe Calderón fue el más agresivo ya que se presentaron 25 atentados contra ministros religiosos y durante la administración de Peña Nieto han sido 15; sin embargo, serían 16 pues lamentablemente hay que agregar la reciente la desaparición del sacerdote Joaquín Hernández Sifuentes, desaparecido el día 3 de enero, por lo que fray Raúl Vera, obispo de la Diócesis demandó la intervención de las autoridades ante la PGJE.

He tenido contacto con algunos de los amigos y feligreses de la parroquia en la que ejercía su ministerio el sacerdote desaparecido y todos manifiestan su  indignación y dolor por esta ominosa desaparición a la que las autoridades judiciales no han dado explicación alguna a pesar de que ocurrió desde hace más de 10 días.

El  padre Joaquín trabajó durante casi 10 años en la Región Centro del estado, Monclova y Castaños y desde hace 4 años se desempeñó en varias parroquias de Saltillo, y durante todo su ejercicio sacerdotal se preocupó por prepararse académicamente, hasta la fecha de su desaparición en que estudiaba una maestría en ciencias de la familia en una unidad de la Universidad Anáhuac, además de haber cursado antes una licenciatura en psicología lo cual refleja su preocupación por enriquecer su servicio a la feligresía.

Una de las voces que esta semana se pronunció con gran dureza fue la del sacerdote Alejandro Solalinde quien enérgicamente condenó la desaparición del padre Joaquín y exhortó al pueblo, a los ciudadanos de a pie a ayudar y combatir las amenazas estando del lado de quienes luchan por los excluidos y las víctimas del los malos gobiernos.

Solainde descartó que el gobierno y el alto clero eclesiástico sean capaces de garantizar la seguridad  del pueblo,  porque ellos hacen negocio con ella, es la ciudadanía, enfatizó quien puede ayudar a proteger a los líderes sociales.
En Coahuila asistimos a las historias de horror que brotan como plaga, surgen y resurgen consumadas por delincuentes y autoridades. Los ciudadanos estamos en la indefensión y el discurso de “Coahuila seguro” es demagogia.

Con toda razón fray Raúl Vera recriminó a las autoridades que,  “intimidan y amenazan a familiares, testigos y feligreses, que de buena voluntad están aportando elementos a la investigación” y con razón exhorta a los mandos judiciales a actuar con ética y profesionalismo.

Procurador Homero Ramos Gloria, por una vez en su ejercicio de procurador, realice su trabajo y ofrezca resultados expeditos, al menos desquite su oneroso salario, exigimos justicia para la paz con dignidad. Ya es tiempo.

 

 

 

15diario.com