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2277 17 Enero 2017

 

 

Ixmiquilpan, ¿otro Nochistlán?
Pablo Vargas González

 

Pachuca.- Frente al llamado “gasolinazo” se ha levantado una indignación que alcanza todos los confines del país; se han presentado protestas generalizadas, como ocurrió en Ixmiquilpan, estado de Hidalgo, donde pobladores bloquearon la carretera federal México-Laredo, pero con el agravante de haber enviado a la Policía Federal el jueves 5 de enero, con un lamentable saldo rojo de dos muertes y una decena de heridos...

...que coincide con el enfrentamiento de Nochistlán, Oaxaca, donde la represión policiaca pretende quedarse en la impunidad.

Hasta ahora no hay ningún informe de ninguna autoridad civil o policíaca ni de derechos humanos.

Las protestas y manifestaciones que tienen lugar en los diferentes puntos del país por el aumento al precio de las gasolinas decretado por el gobierno de Enrique Peña Nieto, denominado “gasolinazo” también se ha expresado en las diferentes regiones del estado de Hidalgo. En su mayoría han sido manifestaciones públicas, abiertas y pacíficas. Por consiguiente los ciudadanos han ejercido sus derechos y libertades consagradas en la Carta Magna.

Sin embargo, repentinamente llegaron grandes contingentes de la Policía Federal, que depende de la Secretaría de Gobernación, y que de inmediato fue utilizada para la contención y represión de las diversas manifestaciones ciudadanas. Este fue el caso de la protesta en el municipio de Ixmiquilpan, donde el jueves 5 de enero fueron enviadas una caravana de más de 100 unidades fuertemente pertrechadas de armamento, con la intención de “desalojar” a los pobladores de los diversos puntos en que se realizaba la protesta en ese municipio, justamente de la carretera federal México- Laredo.

Es de mencionar que en este municipio de composición fuertemente indígena Hñañhu se han realizado movilizaciones sociales por la defensa del territorio y donde se practican la cultura de usos y costumbres, por lo que frecuentemente las comunidades indígenas son “blancos” de la represión estatal y el “estado de derecho”.

Es de suma gravedad que no se hayan dado todas las condiciones para dialogar con los manifestantes y en su lugar se haya procedido a utilizar la fuerza y dispersar a la gente. En los dos puntos principales donde se encontraban hubo enfrentamientos violentos que están dejando un costoso saldo de violación a los derechos humanos, y ocasionado dos muertos y más de 25 heridos, de los cuales cinco fueron por arma de fuego y un número desconocido de desaparecidos.

Es demasiado grave que no haya habido una solución dialogada al conflicto, pero es más grave el que se utilice fuerza desmedida sobre todo en Ixmiquilpan donde los pobladores congregaron manifestantes con una convocatoria inmediata, lo que puso en riesgo la integridad física y la vida humana de centenares de personas, al tomar la decisión de desalojar y enfrentar a los manifestantes. Lo que estuvo fuera de todo protocolo es que las fuerzas policíacas hayan llevado y utilizado armas de fuego.

Hasta el momento, a 14 días de protesta en el Valle del Mezquital, Ixmiquilpan se erige como el centro de la indignación contra el gasolinazo y por una salida popular y nacional a los problemas de esta coyuntura. No se puede descalificar de que “hay banderas políticas o partidarias” es un movimiento espontaneo, surgido desde las comunidades que rebasa toda dirección política o partidaria. Por consiguiente, no puede quedar en la impunidad.

Organizaciones ciudadanas han demandado a las autoridades locales y de derechos humanos una investigación imparcial y exhaustiva sobre los acontecimientos represivos y el deslinde de responsabilidades civiles y policíacas, así como un informe a fondo de la CNDH y la CEDH para que se esclarezcan los hechos y no se quede en la brutal impunidad. Es necesario que las autoridades no se equivoquen y dejen de criminalizar la protesta.

Ante el desprecio gubernamental, la indignación apenas empieza.

 

 

 

15diario.com