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2283 25 Enero 2017

 

 

Las niñas de Jorge Chípuli
Eligio Coronado

 

Monterrey.- Jorge Chípuli (Monterrey, N.L., 1976) despliega sus múltiples capacidades en diversas áreas: escritura, diseño, edición, animación, ilustración, video, instructor de manga, artista plástico, etcétera.

En Niñas* encontramos una amplia gama temática que nos lo demuestra: niñas que se comunican a través de los sueños («Dora», p. 11-12), niñas cuyas voces quieren escapar a donde nadie las escuche («Pamela», p. 47-48), niñas que se rascan la piel tratando de arrancarse los genes paternos («XXX», p. 71-73), niñas que quieren hacer estallar su escuela en mil pedazos («Idelce», p. 23-25), niñas que aprenden a volar («Vanesa», p. 63-65), niñas robóticas («Tere», p. 57-60), niñas normales que terminan siendo raras porque conviven con raras («Susana», p. 55-56), niñas que deben donar una pierna a su mejor amiga a cambio de una prótesis mecánica («Ofelia», p. 43-45), niñas que juntan palabras de todo el mundo («Mariana», p. 35-37), niñas que parecen hologramas («Fernanda», p. 15-16), niñas que se pierden en los laberintos de las bibliotecas («Julia», p. 27-29), niñas famosas por doblar la voz de heroínas de comics («Gaby», p. 17-18), niñas que reciben de su padre muerto la orden de liquidar a todos las asistentes al funeral («Eliza», p. 13-14), niñas que se sientan a esperar a alguien para siempre («Cecy», p. 5-6), niñas que se aparecen después de muertas («Karla», p. 31-32), et al.   

La propuesta es muy interesante y constituye un reto intelectual: crear historias sobre un cierto tipo de personaje, en este caso, niñas. Con características similares, sin faltar los ingredientes extraños, extremos o pintorescos, y sin caer en el engañoso facilismo de la literatura infantil.

Entre las características notamos que la mayoría de estas niñas: a) son tristes, melancólicas y solitarias, b) no tienen papás o los tienen, pero éstos no las quieren, c) su mundo es la escuela donde tratan de hacer amigos y d) algunas están muertas, se suicidan o van a morir.

La escritura es a vuelapluma, en trazos rápidos, tramas cortas, como no queriendo perder el impulso creativo para salir airoso del compromiso autoimpuesto lo antes posible. 

Debido a esto, algunas historias lucen incompletas: Ana mata a su padre, la encierran en el sótano y termina maquillándose para no verse tan fea («Ana», p. 1-2), Neri parece niño y aparentemente por eso se suicida («Neri», p. 39-40), Uma quería suicidarse y lo logró. ¿Por qué? No se nos dice («Uma», p. 61-62), Zeneida quiere ser escritora, pero se nos informa que no lo logrará. ¿Por qué? Tampoco se nos aclara («Zeneida», p. 72-79).

* Jorge Chípuli Padrón. Niñas. Monterrey, N.L.: Gato-Lunar Editorial, 2016. 1 v. sin paginar (79 pp.), ilus. (Pasta dura, 17.5 x 14.5.) 

 

 

 

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