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2287 31 Enero 2017

 

 

¡Echemos abajo el gasolinazo!
Lupita Rodríguez Martínez

 

Monterrey.- Las movilizaciones populares deberán continuar en todo México, para que juntos echemos abajo el “mega gasolinazo” y para que el gobierno federal se desista de aplicar el nuevo “gasolinazo”, programado a partir del 4 de febrero, el cual se estima en un aumento del 8 por ciento.

La lucha contra los efectos nocivos de la reforma energética, es la verdadera causa que debe mantenernos unidos en defensa de la soberanía nacional y de la dignidad del pueblo de México.

Las posturas racistas, discriminatorias y neoconservadoras que Donald J. Trump asumió sobre México, no deben desviarnos del objetivo de revertir el 20 por ciento de aumento a las gasolinas e impedir que se aplique el nuevo “gasolinazo”, todo lo cual pone en riesgo la estabilidad social, política y económica de la población, ya de por sí tambaleante y a punto del estallido.

El sentimiento nacionalista con el que Trump ha impregnado a la sociedad norteamericana, alimentando la discriminación, el racismo y la violencia con su intención de construir un muro fronterizo pagado por México y de deportar a miles de migrantes mexicanos con graves consecuencias para el país, debe recibir la más enérgica y firme respuesta de nuestras autoridades federales, que están obligadas a defender los derechos de los connacionales y no permitir atropello alguno contra ellos.

Pero, así como está obligado a defender a la población migrante, el gobierno federal peñanietista está más obligado a defender a la población mexicana ante la crisis desatada por el “mega gasolinazo”, medida de alto impacto negativo para la vida de millones trabajadores y sus familias, que se aplicó sin haber consultado a la ciudadanía, sin haber agotado otras alternativas y, peor todavía, sin poner en marcha acciones de ayuda para evitar que las grandes mayorías del pueblo mexicano sean perjudicadas.

Por el entreguismo del gobierno de Enrique Peña Nieto y de los partidos firmantes del Pacto por México (PRI, PAN, PVEM y PANAL), se provocó una crisis social sin ninguna necesidad, pues existen alternativas para cubrir lo que se dejó de recaudar por la venta del petróleo.

La privatización de PEMEX y de la CFE son el más duro golpe asestado a la economía de los mexicanos y hoy lo estamos sufriendo.

El presidente Peña Nieto aseguraba que no subirían los precios de los energéticos y hoy vemos todo lo contrario.

Así lo denunciamos cuando el Congreso de la Unión aprobó la reforma energética en el 2013, contraria a la voluntad del pueblo.

En el Partido del Trabajo no vamos a ceder ante la simulación del gobierno que pretende hacerse la víctima ante la supuesta falta de opciones para mantener la estabilidad económica. Por su propio peso van a caer, una por una, las mega mentiras de que el aumento a las gasolinas no es por la reforma energética, de que hubieran tenido que recortar drásticamente los programas sociales, de que el aumento a los combustibles viene del exterior y de que los yacimientos del petróleo ya se agotaron. Se optó por la salida fácil sin pensar en la situación vulnerable de los mexicanos, con un bajo poder adquisitivo del peso, desempleo, inseguridad y mercados en crisis.

Es necesario que el gobierno cambie el manejo errático de la economía y no esté sometido a las políticas neoliberales impuestas por Estados Unidos y sus organismos satélites del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, ya que sacrifica el bienestar de la ciudadanía y la obliga a pagar los aumentos en los precios de tortilla, pan y granos, así como en el transporte.

La irritación social por el “mega gasolinazo” y por la corrupción que hay detrás, es lo que mantiene las protestas del pueblo en las calles y a través de redes sociales. A pesar de los chantajes de Trump y de nuestras diferencias ideológicas, no permitamos que se consume este atraco. Ahora es cuando debemos sumar voluntades para revertir el “gasolinazo”.

Para salir de la crisis se requiere de una política que reactive los sectores productivos, invertir en refinerías, en investigación y en tecnologías para disminuir la importación de gasolina, así como limitar la inversión extranjera en la explotación de nuestros recursos y, sobre todo, recuperar la soberanía energética. Aunado a ello, es indispensable poner en marcha una cruzada nacional de combate a la corrupción y a la impunidad, responsables en gran parte de la debacle que hoy vive la sociedad mexicana.

 

 

 

15diario.com