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2291 6 Febrero 2017

 

 

Centenario de la Constitución
Lucilda Pérez Salazar

 

Monterrey.- Ayer 5 de febrero se cumplieron cien años de la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Redactada y aprobada por los constituyentes provenientes del grupo dominante de la Revolución Mexicana, a cuya cabeza estaba Venustiano Carranza, la Constitución de 1917 que sustituyó a la de 1957, nació en la ciudad de Querétaro.

La Constitución de 1917 recogió las más importantes demandas emanadas de la Revolución Mexicana, aunque quedaron fuera las levantadas por Villa y Zapata, cuyos representantes no fueron invitados, ni participaron en la redacción de la Carta Magna.

Los emblemas de la nueva Constitución quedaron plasmados en los artículos centrales de la misma:
• La educación gratuita y laica para todos en el artículo 3°.
• La libertad de culto, en el artículo 24°.
• Los bienes propiedad de la Nación, tierras, aguas y recursos naturales, en el artículo 27°.
• La soberanía de la Nación, en el artículo 39°.
• El principio de no reelección de los gobernantes, en los artículos 59° y 83°.
• Los derechos laborales de los trabajadores, en el artículo 123°.

A cien años de promulgación, ¿qué queda de la Constitución de 1917? De la letra y el espíritu original de la Ley fundamental casi no queda nada.

La Constitución ha recibido más de 200 reformas en su larga vida. Los principios constitucionales fundamentales han sufrido reiteradas modificaciones. Todas en la línea y la orientación que le imprimieron los grupos gobernantes que la reformaron.

Salinas de Gortari reformó el artículo 27° para desmantelar la Reforma Agraria y acabar con el ejido.

Felipe Calderón reformó el artículo 123° para quebrantar y disminuir derechos como la estabilidad en el empleo y la seguridad social al legalizar la subcontratación (outsourcing) y el empleo temporal y por horas.

Peña Nieto reformó el artículo 3° relativo a la educación para imprimirle un sesgo laboral, administrativo y coercitivo, que ha causado un gran conflicto con los trabajadores de la educación.

Reformó además el artículo 27° para privatizar el petróleo, la electricidad y desmantelar poco a poco a PEMEX.

Se reformó el artículo 59° para permitir la reelección de diputados, senadores  y alcaldes.

En proceso está una nueva reforma constitucional, ésta sí favorable para los trabajadores, porque elimina las Juntas de Conciliación y Arbitraje y establece el voto universal, libre y secreto para la elección de los dirigentes sindicales.

Las principales reformas de finales del siglo XX y principios del siglo XXI tienen un sello neoliberal, restrictivo de derechos sociales.

El centenario de la Constitución es un buen momento para reflexionar sobre el contenido de nuestra Carta Magna y sobre la pertinencia de construir una nueva Constitución, para recuperar los derechos sociales perdidos e introducir otros que el desarrollo actual de nuestro país requiere.

 

 

 

15diario.com