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2297 14 Febrero 2017

 

 

A 41 años de la sangre derramada
Lupita Rodríguez Martínez

 

Monterrey.- La fría madrugada del 18 de febrero de 1976, decenas de patrullas de Protección Ciudadana del Estado –que serían auto balaceadas por los mismos elementos policiacos, agujerando la carrocería y destrozando parabrisas para simular un ataque armado–, emprendieron la huida a toda velocidad y con sirena abierta por las oscuras calles de las colonias Granja Sanitaria (hoy Valle de Santa Lucía) y Francisco Villa, al noreste de Monterrey. 

Lugar donde se realizaba una asamblea de colonos y posesionarios, en la cual discutían soluciones a los problemas que enfrentaban, entre estos una escuela, un dispensario y los servicios de agua y luz. Esta asamblea fue interrumpida por las balas asesinas de policías, que no se detuvieron y dejaron un escenario manchado de sangre, con seis cadáveres y decenas de heridos.

La cruel masacre realizada durante la administración de Pedro Zorrilla Martínez y ejecutada por el capitán Juan Manuel Urrutia Paura, director de Protección Ciudadana, era el golpe más duro que había sufrido el movimiento urbano popular de Monterrey, a casi tres años de haber sido iniciada la lucha proletaria por conquistar un pedazo de tierra donde vivir.

Tras la cobarde huida de los policías se escuchó de nuevo el ulular de sirenas, pero ahora de las ambulancias que empezaron a llegar para atender a los heridos y para trasladar a la morgue del Hospital Universitario los cuerpos abatidos y cuya memoria honramos cada año: Pablo Hernández, Antonio Olivares, Antonio Franco, Canuto Cruz, Rubén Gutiérrez y José Nava.

Ellos son los mártires del movimiento urbano popular de Monterrey, por cuyas vidas cegadas y sangre derramada nos comprometimos a no olvidar jamás el carácter criminal del PRI-Gobierno y a luchar sin descanso contra la represión, ya que es acto que permanece en la más total injusticia y en la más completa impunidad. El minuto de silencio luctuoso que guardamos por ellos, se ha convertido en toda una vida de lucha para quienes fundaron el Frente Popular “Tierra y Libertad”, en septiembre de ese año de 1976.

Abatidos y desconcertados por el dolor, la angustia y, sobre todo, por el coraje de tan terrible matanza, se convocó con carácter de urgente e inmediato a todas las bases de las colonias a una asamblea popular extraordinaria en la escuela primaria Emiliano Zapata de la colonia Tierra y Libertad, para organizar e iniciar un movimiento de demanda de justicia y castigo para los policías asesinos, la destitución de sus mandos superiores y la indemnización para las viudas y los huérfanos, así como para los heridos.

Esa misma mañana del 18 de febrero inició ¡con 15 mil manifestantes! un intenso movimiento de protesta enérgica, pero pacífica -¡nunca antes visto!- en la ciudad. Le siguieron dos marchas multitudinaria de 30 mil y de 60 mil manifestantes contra los hechos sangrientos y demandando justicia. Al mismo tiempo, se instalaron campamentos de denuncia en la Plaza Colegio Civil, en la Calzada Madero y frente a Palacio de Gobierno.

Ante la cerrazón estatal se organizó una Caravana a la Ciudad de México, integrada por cientos de caravaneros y al llegar al municipio de Matehuala, San Luis Potosí, el gobierno federal ofreció interceder en el conflicto, dando solución de inmediato a varias de las demandas, como fue la indemnización justa para viudas y huérfanos durante y hasta que cumplieran la mayoría de edad; indemnización y atención médica a heridos; destitución de jefes policiacos responsables, entre ellos Urrutia Paura y, aunque también se prometió castigo para los policías asesinos, esto nunca se cumplió.

Es la lucha que se ha topado contra el muro de injusticia e impunidad del sistema político mexicano, pero que no claudica y mantiene su vocación original de luchar por la transformación del país, para que sea la gran mayoría del pueblo la que rija sus propios destinos, bandera que seguirá enarbolada por las organizaciones proletarias, obreras, campesinas y populares.

Hoy, a 41 años del sangriento suceso, el Frente Popular “Tierra y Libertad” dice presente en la lucha por las demandas sociales, políticas y económicas de los sectores marginados y del pueblo de México, sobre todo para abrogar las mal llamadas reformas estructurales impuestas por el gobierno, especialmente la contrarreforma energética que amenaza nuestra soberanía y afecta a todos los mexicanos con el “mega gasolinazo”.

Como cada año, las bases frentistas y las organizaciones hermanas realizaremos la Marcha Luctuosa del 18 de Febrero, para rendir homenaje a los mártires del movimiento urbano y para proclamar “¡Por los caídos no un minuto de silencio, sino toda una vida de lucha!”

 

 

 

15diario.com