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2298 15 Febrero 2017

 

 

DISPARATES
El muñeco dijo no
Armando Hugo Ortiz

 

Monterrey.- Peña Nieto no quiso bailar el Pasito Perrón, como sugerimos la semana pasada, y México no vibró. Debió repensarlo cuando la oficina de Comunicación del Episcopado Mexicano, exige con dureza respeto para las imágenes sagradas del catolicismo.

Seis millones de reproducciones del video, con duración de minuto y medio. Un guiñol con montaje elemental, montado en la red antes de Navidad y que resurgió con la fiesta de la Candelaria, con llamados para repetir la danza en espacios públicos.

El autor con estampa de hipster: Rolando Ávila difícilmente volverá a tener tanto éxito, igual que el grupo la Dinastía Mendoza, letra y música intrascendentes. Uno y otros volverán a la medianía cuando se agoten sus 15 minutos de fama.

Esta semana, la arquidiócesis de Monterrey matizó la postura: “Lejos de que la Iglesia esté molesta, la mayor preocupación es la falta de atención a temas importantes para México, como la relación diplomática con EUA o el aumento de la gasolina”, se lee en el video reproducido veinte mil veces; diferencia abismal, comparado con los seis millones.

Es mejor dejar por la paz el asunto, no vaya a ser que se acuse a la Iglesia de fomentar la idolatría. De acuerdo a la Enciclopedia Católica On Line: La idolatría es el más grande de los pecados mortales, al atribuir divinidad y virtud a las imágenes, debido a lo cual deban ser adorados; no se pueden dirigir peticiones a ellas.

Señala la diferencia con la veneración, donde no se les reconoce poder a las imágenes. Sin embargo, en la feligresía mexicana, la frontera entre ambos conceptos es muy difusa.

Con tantas asegunes, Peña Nieto optó por olvidar la coreografía mencionada, y evitar nuevos reproches.

Al fin que Trump ya lo zumba como perrito bailarín.

a_hugo16@hotmail.com

 

 

 

15diario.com