Burla para los mexicanos
Lupita Rodríguez Martínez
Monterrey.- Los precios de la canasta básica tuvieron en enero del 2017 el aumento más alto para un mes similar en los últimos 21 años y durante este mes de febrero todo apunta a que los precios tendrán otra alza récord debido al “mega gasolinazo”. La ridícula rebaja de dos centavos al litro de la gasolina resulta una burla para los consumidores.
El costo conjunto de los productos de primera necesidad que requiere una familia para subsistir, simple y sencillamente se dispararon durante el primer mes del año, ya que el índice nacional de precios de la canasta básica aumentó 4.43 por ciento, la tasa más elevada para un primer mes del año desde enero de 1996, cuando se registró 4.75 por ciento, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI).
Como siempre ocurre, esta variación tan elevada de los precios es en detrimento directo del poder adquisitivo de las familias con menores recursos y que son consumidores regulares de los 82 productos de la canasta básica, quienes ahora tienen que pagar los aumentos más impactantes: el precio de las tortillas y las tarifas del transporte urbano.
El pacto gubernamental con empresarios y sindicatos para evitar la escalada de aumentos en los precios, sólo ha servido para contener el malestar del pueblo, pues los analistas financieros coinciden en que los precios de los artículos de primera necesidad y de los servicios básicos van a continuar subiendo.
La escalada de aumentos no se debe exclusivamente por el “mega gasolinazo”, sino también por la depreciación del peso frente al dólar y por el nulo incremento al salario mínimo. Pero, sobre todo, se debe a la llamada liberalización de precios de los combustibles, ya que a partir del 30 de marzo la nueva casta de dueños de las gasolineras -ante concesionadas, hoy privatizadas-, podrá cambiar de precios cada hora avisando por sistema electrónico a la Comisión Reguladora de Energía (CRE).
El principio constitucional de que el salario mínimo debe ser justo y suficiente para garantizar el acceso a los elementos básicos necesarios de toda y todo obrero y trabajador, con el fin de lograr pleno goce y disfrute de sus derechos humanos, hoy será más irreal que nunca, cuando hace cien años se pretendía que fuera una realidad para la mayoría de los trabajadores y una condición para el desarrollo del país.
A cien años de la Constitución de 1917, el salario mínimo dista mucho de ser suficientemente remunerador para vivir una vida digna, ya que los sueldos de los trabajadores no alcanza los dos mil 481 pesos mensuales, establecidos por la Coneval (Consejo Nacional de la Política de Desarrollo Social) para vivir en la línea de bienestar.
Las decisiones que se siguen tomando no benefician a los trabajadores, ni a sus familias. La baja de dos centavos al litro de la gasolina es una simulación para supuestamente ir a la par con los precios internacionales.
Mientras en Texas el precio de referencia llegó a su nivel más bajo, al ubicarse en los 8 pesos por litro, nuestro gobierno aplicó una disminución tan pequeña que representa una burla para los mexicanos.
Se comprueba una vez más que este gobierno de Peña Nieto no tiene el menor interés en transferir los beneficios al consumidor de un precio internacional de gasolina cada vez más bajo y que prefiere privatizar las ganancias y socializar las pérdidas, tal y como lo hicieron gobiernos que le precedieron, ya que...
Con la privatización de Teléfonos de México un solo hombre amasó una gran fortuna y en 25 años resultó el más rico del mundo.
Con la privatización de Ferrocarriles Nacionales se le quitó a la gente el medio de transporte más barato y miles de pueblos quedaron desconectados.
Con la privatización bancaria muchos ahorradores perdieron su patrimonio por las altas tasas de interés de los préstamos gravosos.
Ahora, con la privatización de Petróleos de México y de la Comisión Federal de Electricidad estamos sufriendo el peor incremento generalizado de precios, que condenan al pueblo mexicano al hambre y a la miseria extrema.
Es hora de que México se una para salvar a nuestra patria.
