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2304 23 Febrero 2017

 

 

El torneo del narcotraficante
Eloy Garza González

 

Monterrey.- Hay muchas teorías que explican por qué crece el narcotráfico. También muchas políticas públicas para combatir el crimen organizado. Generalmente se cuestionan las políticas públicas (corrupción de las autoridades, mal uso de los recursos disponibles, etcétera) pero no se cuestionan las teorías. La más común (es un problema cultural, de pobreza, de desintegración social) no suele ponerse en duda: es las más políticamente correcta. ¿Y si fuera otra teoría la que abordara mejor el problema?

La teoría menos popular es la del torneo deportivo. Más que una teoría, es un modelo sobre el narcotráfico. Consiste en definir al crimen organizado como un mercado (hasta aquí no hay nada original). Como todo mercado, se asignan recursos y recompensas al jugador más productivo. Los criminales se disputan entre ellos el ascenso en la cadena de jerarquía. Al principio, en razón de los altos incentivos, entran a competir infinidad de actores buscando ganar el premio. Cada uno de ellos maximiza sus capacidades individuales para ganarle al contrario que tiene enfrente, sin importante el nivel de juego de los demás competidores. Entre todos suman un rendimiento máximo.

Hay un aprendizaje de los competidores en su conjunto, que elimina a los jugadores con menos capacidad. Quedan para la siguiente ronda los más aptos, los que aprendieron a optimizar sus estrategias y tácticas delictivas sobre la marcha. Este fenómeno provoca que el mercado criminal se expanda y sea dinámico, es decir, se renueve constantemente. Quienes van ganando cada etapa del torneo suman un alto nivel de producción de delincuencia (el todo siempre es mayor que sus partes).

La teoría del torneo deportivo explica por qué, aunque se detengan o se maten cada vez más delincuentes que ganan las etapas superiores del juego, el crimen organizado se perfecciona progresivamente, aumentando sus grandes beneficios.

A partir de esta teoría del torneo deportivo, ¿cómo se debería combatir entonces el crimen organizado? Atacando los delitos menores (las primeras etapas del torneo, como la extorsión o el asalto a mano armada), para evitar que se especialicen los criminales y perfeccionen sus destrezas y habilidades. Se trata de reducir los incentivos de los nuevos competidores que entran al torneo, para que no optimicen su nivel de juego ni mejoren su productividad criminal.

Si por el contrario se combate exclusivamente el crimen organizado deteniendo o matando a la cúspide de ganadores del torneo, solo se incrementarán los incentivos de los jugadores que vienen de más abajo. Así, la base de competidores se seguirá ampliando exponencialmente. Es decir, será el cuento de nunca acabar.

 

 

 

15diario.com