Belleza infantil como apología del delito
Pablo Vargas González
Pachuca.- Tal vez amparados por el “libre comercio”, en varias entidades se está promoviendo el concurso “Mini Belleza Latina Hidalgo”, en donde se lanza el anzuelo de “promover” el talento entre niñas de los cinco a 13 años, con imágenes que despiertan la alerta de padres de familia, ya que se pueden desarrollar líneas que van más vinculadas a graves problemas como son la violencia de género, la prostitución infantil y la trata de personas.
La propaganda puede pasar inadvertida e inocente, puesto que en primera instancia es hasta inofensiva: “Es un certamen con alcance internacional, en el que se busca talento de niñas hidalguenses, como cantar, bailar, actuar, artes escénicas, conducción”. Sin embargo, la manzana envenenada son las imágenes que acompañan la información: niñas altamente maquilladas, en poses voluptuosas de mujeres de mayor edad, y enseñando las carnes, que contradicen los propósitos aparentes.
Este tipo de eventos no podrían de ningún modo asustarnos en pleno siglo XXI, ni mucho menos manejar una “doble moral”, como la que esgrimen los grupos de derecha empresarial y religiosa, pero en estos tiempos revueltos, donde el Estado y sus gobiernos no garantizan el ejercicio de los derechos humanos, es importante que la sociedad se exprese y reconozca dónde se encuentra el lobo feroz vestido de caperucita.
A diario vemos en los medios la aparición de la Alerta Amber, destinada a notificar la desaparición de niños, pero principalmente de niñas, que se presenta como un sector altamente vulnerable, que se encuentra en riesgo, puesto que se expone a factores adversos dentro y fuera de sus casas. A ello se agrega, los problemas cotidianos del entorno, como es la violencia social, y los delitos que han ido en aumento desde la fallida “guerra contra la delincuencia” del calderonato, como la trata de mujeres.
En Hidalgo, las organizaciones civiles se han puesto las pilas y están demandando la cancelación de ese evento y la investigación de los organizadores, puesto que hay de por medio intenciones que van más allá de la filantropía, sino que buscan lucrar de manera múltiple con las niñas.
La Red por los Derechos de las Infancias en el Estado de Hidalgo (REDIEH) no se chupa el dedo y va directo: “el estado de Hidalgo ocupa el sexto lugar en trata de personas para el trabajo sexual, entre ellas adolescentes de 12 a 17 años de edad, la agrupación agrega que dicha convocatoria “sólo reproduce el exhibicionismo de niñas, adolescentes y mujeres como objetos minúsculos y sexual”.
Esta asociación ciudadana pone el dedo en la llaga: el certamen más que ser educativo y promover el talento: “solo reproduce el exhibicionismo de niñas, adolescentes y mujeres como objetos minúsculos de promoción sexual; acciones tan graves que fortalecen las brechas de desigualdad por cuestiones de género; y que nada ayudan a atender y prevenir acciones que vulneran sus derechos.
Además hacen un llamado a los padres de familia puesto que se podrían violar diferentes normas legales e inclusive convenciones internacionales, así como la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de Hidalgo que contempla la prevención de delitos y la protección de derechos, entre ellos la violación a la intimidad de las niñas y niños: “cualquier manejo de su imagen, nombre, datos personales, o referencias que permitan su identificación en los medios de comunicación locales, que menoscabe su honra o reputación, sea contrario a sus derechos o que los ponga en riesgo” (Artículo 76).
Tienen razón, aunque habrá personas incautas que se dejen atrapar por el consumismo “ser triunfadora y convertirse en modelo” de manera instantánea, es pertinente que las autoridades civiles de Pachuca y estatales intervengan de inmediato para dar garantías a las niñas y adolescentes. Recuerden que Donald Trump, enemigo de México, inició siendo “dueño” de concursos de belleza y abusaba en el manoseo a las integrantes. No se puede permitir nuevas monstruosidades.
