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2314 9 Marzo 2017

 

 

Mediocres funcionales
Eloy Garza González

 

Monterrey.- El que esté libre de traumas, que tire su primer psiquiatra. Los diputados locales de Nuevo León ocupan uno. En terapia grupal les saldría más barato. Han rechazado las cuentas públicas de Rodrigo Medina, Margarita Arellanes y el propio Jaime Rodríguez. El acto los enaltece, aunque sea para blindarse de críticas en su posible reelección. Pero el mismo acto los desinfla cuando se sabe de sus componendas con el gobierno estatal. No desazolvan el pantano: agotan las aguas sucias para dejarlo igual.

Los delirios de grandeza de diputados locales es un secreto a voces. Comenzando por el charlatán de Ángel Barroso y su outfite de Mauricio Garcés mofletudo y regordete. Reta a su propio partido, el PAN y no articula una idea coherente. Pose de maniquí de marquesina infantil, globo inflado de helio puro.

Marco González el gran cuestionador, denunciando la nominación del nuevo procurador Bernardo González, porque “es compadre del gobernador”. ¿Y qué si lo fuera? ¿Por qué no mejor cuestionarle sus credenciales para el cargo, su trayectoria y sus cualidades en trámite? Todo lo evade Marco para acusar al Bronco de compadrazgo, una acusación tan endeble que más huele a pleito arreglado.

El rendimiento del Congreso del Estado es nulo. Su incompetencia común no beneficia al Bronco, pero tampoco lo pone en verdaderos aprietos. Giulio Andreotti, célebre político italiano, aconsejaba rodearse de mediocres para brillar con más intensidad en un cielo apagado. Llamaba a su tremenda corte de lambiscones “mis mediocres funcionales ”.

En el Congreso local ni eso: son mediocres disfuncionales. Una constelación de traumados que se creen importantes; una caterva de diputados locales que más que legislatura, son un caso psiquiátrico. Ojalá no repita ninguno en el cargo.

 

 

 

15diario.com