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2324 23 Marzo 2017

 

 

INTERÉS PÚBLICO
Modelo retro y buenas intenciones
Víctor Reynoso

Puebla.- Andrés Manuel López Obrador acaba de publicar su libro 2018: la salida. Ni el título, ni el autor, ni el momento dejan duda: es su propuesta como candidato a la presidencia en 2018. El libro incidirá poco, o quizá nada, en su candidatura. No hay una historia de la incidencia de los libros en la política mexicana, y es una historia improbable, pues poco se lee en nuestro país. De cualquier manera el libro tiene su relevancia, aún para los pocos que siguen con cierto detalle la política en México.

Una primera impresión que deja la lectura es que para López Obrador los problemas en México iniciaron en 1983, con lo que muchos, llaman el neoliberalismo. Es una idea muy importante para comprender su propuesta, y para entender a quienes se oponen a ella.

Utilizando un término que le gusta a este autor (y que está en otro de sus libros) en ese año inició el neoporfirismo en México. En esta nueva etapa y el porfirismo original, la revolución mexicana y el nacionalismo revolucionario. Es decir, el priismo clásico.

En esa etapa que tuvo sin duda sus virtudes, como el crecimiento económico anual de ocho dígitos durante algunos lustros, parece estar el modelo de López Obrador. Modelo centrado en la propiedad estatal de empresas, desde aerolíneas hasta la petrolera y la eléctrica.

No menciona las características políticas que acompañaron a esa propiedad, como el autoritarismo, el control de prensa, la violación impune de los derechos humanos (véase la guerra sucia en las ciudades y en las zonas rurales como Guerrero). Hay una idealización tácita de los gobiernos anteriores al de Miguel de la Madrid.

Esta visión coincide con la biografía de López Obrador. Muy joven, ingresó al PRI en los años setenta. Saldría de ese partido en el segundo semestre de 1988, cuando no pudo obtener la candidatura a gobernador.

Para otros, esta visión es insostenible. Si el modelo anterior terminó no es porque fuera impuesto, desde fuera o desde dentro del país, el modelo neoliberal. Fue porque el nacionalismo revolucionario mostró sus límites en lo económico, en el lugar de México en el mundo, en lo político.

Desde otra perspectiva, fueron los sexenios de Luis Echeverría (1970-1976) y José López Portillo (1976-1982) los que acabaron con el sistema. Por un lado, porque el modelo económico mostró claramente sus límites en esos doce años. Por otro, por la irresponsabilidad y frivolidad de esos dos presidentes, lo más lejano a la idea de transparencia y rendición de cuentas.

En esas dos visiones de la historia política del país puede resumirse el estar a favor o no de López Obrador. Empieza su libro señalando que la corrupción es el principal problema de México. Pero la corrupción no inició en 1983. Antes de ese año la política era tan opaca que no es posible tener una idea siquiera vaga de lo que fue la corrupción. Pero podemos aproximarnos si consideramos el cinismo de López Portillo, que presumía y exhibía sus violaciones a la ley.

Otras de las preocupaciones del dirigente de MORENA, son: los problemas de la pobreza y la desigualdad, los cuales tampoco iniciaron en 1983. Desde que hay datos sobre el tema, por lo menos desde los años sesenta, se sabe que México es uno de los países más desiguales del mundo.

El antiguo régimen mexicano, el que acaba con López Portillo, fue un régimen que generó desigualdad y pobreza. No solo no es posible volver a él (las condiciones actuales lo hacen inviable) tampoco es deseable.

Quienes no están de acuerdo con la tercera candidatura del tabasqueño encontrarán en el libro mucho de lo que se le ha criticado: simplismo, buenas intenciones, promesas incumplibles. Promete en un sexenio acabar con los grandes problemas del país y lograr “el bienestar material y del alma para la felicidad de todos”. Difícil de creer.

 

 

 

15diario.com