Suscribete

 
2328 29 Marzo 2017

 

 

DISPARATES
Polvos de aquellos lodos  
Armando Hugo Ortiz

 

Monterrey.- Durante la gubernatura de Sócrates Rizzo se puso en marcha en 1992 el primer programa de verificación automotriz, con cargo al dueño del vehículo. El pretexto fue el alto nivel de contaminación ambiental que registraba el área.

El Congreso lo aprobó sin mayor trámite, eran los tiempos de la aplanadora priísta. Se auguró que Monterrey sería la ciudad líder de América Latina en pureza del aire.

Se instalaron verificentros en diversos puntos del área. Equipos apantallantes, con muchas luces parpadeantes y agujas indicadoras de niveles. Quedaba garantizada la exactitud de los resultados y sin oportunidad de adulteración.

Comenzaron los líos. La revisión se daba en dos fases, si fallaba la inicial, los empleados ya no hacían la segunda. Algunos conductores reclamaban que el pago se había hecho por las dos etapas.

Luego empezaron los asegunes de que los equipos podían amañarse, y que los encargados recibían sobornos.

Después los rumores de que la empresa ganadora de la concesión fue favorecida por parientes del gobernador.

El programa se suspendió porque nadie iba a revisión, y los ingresos disminuyeron. La causa coadyuvante fue que empezó a declinar la estrella del gobernador Rizzo, por su enemistad con el presidente Ernesto Zedillo, hasta su renuncia en 1996.

Los verificentros cerraron; hay algunos equipos en ruinas, oxidados, como uno frente al Parque España.

En 2004, durante el periodo de Natividad González Parás, se insinuó  reactivar este engendro.

El Gobernador Jaime H. Rodríguez, quiere resucitarlo hoy con respiración boca a boca, con las monsergas de hace veinte años de que la contaminación la generan los vehículos de motor. El costo sería con cargo al dueño, que no es recaudatoria, y Monterrey será la ciudad líder de América Latina en pureza del aire.

 Sí, Chucha, ¿Y la nieve de cuál sabor?

a_hugo16@hotmail.com

 

 

15diario.com