Brindis por un periodista de los grandes
Eloy Garza González

Monterrey.- Sergio González Rodríguez se murió ayer de un infarto, sin haber publicado su gran obra sobre el crimen organizado en México. De todas formas era una enciclopedia viva sobre narcotráfico, la complicidad de la mafia con el gobierno y la literatura mexicana.

Por andar en esos lances, una noche se lo madrearon unos sicarios y lo dejaron cojo de por vida. También estudió a fondo la obra de Salvador Novo que como poeta es uno de mis preferidos. Por eso le gustó mucho que le recitará de memoria el poema de Novo que dice: “Los que tenemos unas manos que no nos pertenecen / grotescas para la caricia / inútiles para el taller o la azada.”

A Sergio González Rodríguez primero lo conocí como personaje literario. Aparecía con su propio nombre pero sin su segundo apellido en la novela de Roberto Bolaño: 2666. Obvio, no era un homónimo: Sergio le ayudó a Roberto a testimoniar los feminicidios en Juárez y éste le pagó recreándolo como personaje: un periodista sin lectores.

Luego Bolaño hizo lo que se le pegó la gana con los documentos de Sergio. Los volvió narrativa y les quitó su carga pasmosa de realidad. El resultado fue una novela larga, a ratos entretenida y aburrida en la mayoría de sus capítulos con su enumeración de asesinatos de jovencitas. La novela está sobrevalorada pero con la intención basta.

Sergio era insobornable, puntilloso y un poco esquemático sobre todo cuando metía a tirabuzón unas gráficas medio enredadas en sus textos sobre argucias criminales. Pero fuera de esas pequeñeces, fue uno de los periodistas más talentosos de nuestro tiempo, acaso el más grande.

Con José Jaime Ruiz nos pegamos una buena borrachera en el Mandela con tequila y mezcal. Sergio planteaba una hipótesis algo extravagante sobre la sucesión presidencial del 2018 donde Zedillo era el factótum, pero José Jaime lo puso en su lugar. 

En la madrugada quise impresionar a Sergio poniendo a todo volumen la grabación de su primer LP (y el único) de cuando fundó su grupo de rock Enigma!
Yo creo que ya todos estábamos muy abstraídos de la realidad circundante porque Sergio me preguntó: "¿quién es ese pinche grupo de rock tan chafa que pusiste?".

Me di cuenta que no posaba. “Pues eres tú cabrón y tu hermano que en paz descanse, ¿cómo no te reconoces?”. Sergio siguió molesto por lo desafinado del solista y yo mejor seguí tomando. Hoy vuelvo a brindar por su memoria.