INTERÉS PÚBLICO
La historia de Margarita Zavala
Víctor Reynoso

 

Puebla.- Hay al menos tres libros publicados por quienes han expresado su interés en ser candidatos a la presidencia de la República: el de Margarita Zavala, el de López Obrador y el de Moreno Valle. No es fácil saber si estos textos tendrán alguna influencia en la imagen de estos tres políticos, ni qué tanto, ni en qué sentido.

Alguien dirá que la influencia será nula, pues este país “naiden lee”. Pero de cualquier manera vale la pena revisarlos, aunque la influencia sea indirecta y quizá pequeña.

El primer libro fue el de Zavala (octubre 2016). Lo publicó Grijalbo y se titula Margarita. Mi historia. De los tres libros es el menos centrado en propuestas y en los logros políticos de la autora.

El de Andrés Manuel es ante todo su propuesta de gobierno, los objetivos que se propone y los medios para lograrlo. El de Moreno Valle enfatiza sus logros como gobernador del estado de Puebla.

El de Margarita es ante todo la narración de sus experiencias personales, en su vida familiar, escolar, profesional y política. La parte que más llame la atención será probablemente el último capítulo, donde narra su experiencia en Los Pinos, como esposa de Felipe Calderón.

Como se sabe, Margarita mantuvo un perfil muy discreto en esos seis años, que contrastan con el protagonismo de Marta Sahagún, esposa del expresidente anterior. En el libro se informa de actividades que no se conocieron en la opinión pública. La autora abunda en su apoyo a las víctimas del incendio de la guardería ABC en Hermosillo y del asesinato colectivo en Villas de Salválcar, en Ciudad Juárez.

Narra su apoyo en diversas actividades y durante meses, años en algunos casos, a las víctimas de esas dos tragedias. Destaca un valor más humano y ético que político, si cabe la distinción. Da datos poco conocidos, como que hay dos sentenciados a 28 años de cárcel por los hechos de la guardería, uno de ellos pariente político de Zavala.

O los logros del programa “Todos somos Juárez”, que logró convocar a una amplia red de organizaciones y ciudadanos para tratar de resolver los problemas de aquella ciudad fronteriza.

Destaca también su preocupación por la educación de sus hijos, acompañados por una psicóloga desde la campaña y durante todo el sexenio. “Para que no perdieran el piso” la psicóloga les contaba un cuento con egolitos y ubicalitos. Los primeros, perdidos por su ego. Los segundos, con la capacidad de ubicarse en su realidad.

No hay referencias a la “guerra contra el narco”. Ninguna valoración, crítica o postura sobre lo que haría al respecto si llegara a la presidencia. Sólo referencias a su preocupación por los derechos humanos y a su acompañamiento a las víctimas del crimen organizado.

En realidad, no hay ninguna propuesta de política pública u objetivos de gobierno. El libro presenta a su autora, no a su proyecto político. Menciona que de sus experiencias acompañando a las víctimas de la delincuencia puede derivarse políticas públicas o decisiones políticas adecuadas. Pero no abunda en ellas.

Hay críticas a su partido, el PAN, que ya no es lo que era antes: desde el triunfo de Fox han ingresado personas con intereses particulares o de grupo. Narra cómo se le impidió ser candidata a diputada federal en 2015.

A diferencia de los dos libros mencionados, destaca más los límites del poder que sus posibilidades. “El servicio público también es fuente de una enorme frustración. La lentitud con que cambian las cosas a veces es producto de la inercia, a veces de las decisiones en el ámbito local.”

Cita a su esposo cuando presidente: “Doy órdenes que no se cumplen, directrices que no se siguen. A veces me siento en una pesadilla en donde quieres correr y no puedes mover las piernas”.

Sinceridad que contrasta con quienes proponen cambiar todo en seis años. La sinceridad se agradece, pero corre el riesgo de provocar desánimo, o falta de sentido. ¿Para qué llegar a la presidencia? ¿Qué objetivos viables se propone realizar?

El perfil humano que muestra la autora puede conmover y mover a muchos. Pero hace falta algo más. Quizá la autora respondería que eso es materia de otro libro.