HEMEROTECAS

¿Ya hiciste la primera comunión?
Gerson Gómez

¿Ya hiciste la primera comunión? Me preguntó una niña de cabello rubio rizado, la que he olvidado su nombre.
No, le dije. Tenía como 11 años y casi todos mis compañeros de la primaria de la Anexa, niños y niñas, ya habían cumplido con ese trámite.
Bueno, como quiera lo tienes que hacer, porque cuando te quieras casar, te hacen llevarlos de un jalón, sentenció.
Los protestantes no tenemos ese rito, pero en una ciudad mayoritaria de católicos, sería muy difícil explicarle a detalle cada uno de nuestros dogmas de fe.
Estábamos sentados en la entrada a los departamentos de los Condominios Constitución; ahí viví gran parte de mi niñez.
El edificio 20, departamento 23, cuarto piso, no era impedimento para que mi única hermana, Rebeca, y yo, subiéramos y bajáramos con la bicicleta, los patines, el balón de soccer.
Hicimos nuestra guarida, El Club de la Mano Roja: dos triplays, una lata de pintura, donde plasmamos nuestras manos en un ladrillo y listo.
Los del 101 de caballería buscaban siempre pelea, de piedras y de edificio a edificio.
Nunca participé en una, los domingos por la mañana, mientras los papás de mis amiguitos católicos estaban crudos, mi familia protestante ya estaba en marcha a la escuela dominical. Sin faltar en lo absoluto.
Papá compró una casa, debimos de cambiarnos.
Ese día, los del 101 de caballería, y los de la pandilla de la mano roja nos ayudaron a mover los muebles.
El vecino del tercer piso nos ofreció la mudanza de manera gratuita en la caja del trailer de su posesión.
En una sola vuelta, vaciamos las pertenencias.
Llegamos a ese domicilio nuevo. No volví a tener amigos como ellos. Ni a jugar futbol en el cuadro.
Déje mi niñez para los recreos en el sexto de primaria.
Jamás hice la primera comunión, ni nada de ello. A fin de cuentas, ser católico o no, poco les ha importado a ellas.

sonico2@yahoo.com

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