Monterrey.- Vladimir Vladimirovich Putin está por cumplir 69 años de edad, pues nació el 7 de octubre de 1952, en Leningrado. Su padre había peleado en la Gran Guerra Patriótica y después de la guerra, se instaló con su familia en un departamento compartido con una pareja mayor y con una familia judía.
La madre de Vladimir, María, tenía una educación limitada y ayudaba al gasto familiar lavando pisos y haciendo entregas de pan. Los biógrafos refieren que el 7 de noviembre, la pareja mayor que compartía el departamento llevó al recién nacido a la catedral de la Transfiguración y lo hicieron bautizar en secreto con el rito ortodoxo ruso.
Cuando se habla del ahora poderoso Presidente de la Federación Rusa, con frecuencia se menciona su carrera dentro de la KGB, la policía secreta soviética, como una de las fuentes de su poder. En realidad, Putin siempre fue un funcionario de nivel medio, que hizo buena parte de su carrera de espía en la ciudad alemana de Dresde, en estrecha colaboración la STASI, la policía secreta de Alemania Oriental. Si bien llegó a dirigir la policía secreta, no fue la KGB, sino su sucesora, la FSB, por orden de Boris Yeltsin, cuando ya había caído el régimen soviético.
Tras la caída del muro de Berlín, Putin regresó a su ciudad natal y al paso del tiempo, se convirtió en cercano colaborador del Alcalde Anatoly Sobchack, quien había hecho carrera como opositor al ahora desaparecido Partido Comunista.
Vladimir Vladimirovich Putin tuvo una exitosa carrera en la administración de la ciudad de San Petersburgo, siempre al lado del Alcalde Sobchak, quien, por cierto, llegó a estar en la lista de personas que debían ser arrestadas por la KGB, junto con Boris Yeltsin, aunque la orden de arresto nunca se ejecutó.
Cuando el Presidente Bill Clinton estuvo de visita en San Petersburgo, en abril de 1993, el Alcalde Anatoly Sobchak se esmeró en atenderlo, aunque después Clinton se quejaría de que lo habían mantenido “dentro de un maldito capullo” y le habían evitado salir a la calle a estrechar la mano de la gente. Un asistente de Clinton, dijo que esto se había debido al excesivo recelo del funcionario responsable de la visita, de nombre Vladimir Putin, un nombre que en aquel tiempo no les decía mucho a los norteamericanos.
Que el actual líder ruso no las tenía todas consigo, se puede ver por la forma en que enfrentó una acusación pública de uno de sus enemigos, quien declaró que el Alcalde Sobchak y su colaborador Putin tenían propiedades malhabidas en la costa atlántica de Francia. La respuesta de Putin fue que ni siquiera sabía dónde quedaba la costa atlántica de Francia, lo que le atrajo las burlas públicas.
Tres años después, en 1996, el Alcalde Sobchak perdió las elecciones. El triunfador, Vladimir Yakovlev, cuando le preguntaron si conservaría a Putin en el cargo de vicealcalde, contestó: “no quiero oír nada más sobre ese imbécil”.
El año de 1996 fue muy malo para Putin y su familia. Tras quedar sin empleo, se retiró a su casa de campo, junto a un lago. Por desgracia, el 12 de agosto la casa se incendió y Vladimir tuvo que bajar a sus hijas por el balcón con sábanas a modo de soga, puesto que las escaleras se habían incendiado. Con su familia y sus vecinos, contempló cómo su casa se quemaba. Los bomberos llegaron al lugar, pero declararon que el camión no tenía agua. Putin les gritó que tenían todo el lago a su disposición. De nada sirvió, porque los bomberos no llevaban mangueras.
* Datos obtenidos de EL NUEVO ZAR, Ascenso y dominio de Vladimir Putin, de Steve Lee Myers, Ed. Ariel, 2017