Monterrey.- Horacio Silvestre Quiroga Corteza es una de las figuras más importantes de la literatura latinoamericana. Su vida transcurrió entre las desdichas y tragedias; nació el 31 de diciembre de 1878. No conoció a su padre Prudencio Quiroga, porque éste murió al disparársele accidentalmente su escopeta, cuando Horacio era un bebé de dos meses. Su madre, Juana Petrona Corteza (Conocida como Pastora) permaneció viuda doce años, luego se casó con Ascencio Barcos que quiso mucho a Horacio y éste le correspondió, pero cinco años más tarde, una hemorragia cerebral lo dejó paralítico y afásico lo cual no le impidió alcanzar una escopeta, y accionar el gatillo con el pie para destrozarse la cabeza.
Quiroga siguió adelante, a pesar de ese sentimiento de melancolía, tristeza y pesimismo, aprendió a tocar la guitarra, se entusiasmó con la ópera italiana y practicó esgrima y ciclismo con singular dedicación y esfuerzo. Con el dinero de su herencia viajó a Paris, pero pronto se quedó sin nada y tuvo que acudir a la embajada de su país para que le pagara un boleto de segunda clase para regresar a su país.
En 1901 Quiroga perdió a sus hermanos Pastora y Juan Prudencio, víctimas de la tifoidea. El 5 de marzo de 1902 al mostrar el funcionamiento de una pistola a su amigo Federico Ferrando, se le disparó un tiro que entró por la boca, se alojó en el cerebro y lo mató instantáneamente. Quiroga fue absuelto después de cuatro días de reclusión.
Al salir se fue a vivir a Buenos Aires con su hermana María, trabajó como maestro y acompañó como fotógrafo en 1903 a Leopoldo Lugones en una expedición de estudio a las ruinas jesuíticas de San Ignacio. En 1910 compró un terreno en el Chaco, a donde se fue a vivir con su esposa, Ana María Cires una de sus alumnas de la Escuela Normal, quince años menor que él; allí nació su hija Eglé (1911) y en una clínica de Buenos Aires, Darío en 1912. El primer parto fue a capricho de Quiroga atendido por él mismo, lo cual fue el inicio del distanciamiento que terminó el matrimonio el día 6 de diciembre de 1915 con el suicidio de Ana María por envenenamiento después de ocho días de agonía.
Horacio dejó la selva y regresó a Buenos Aires. En el periodo de 1917 a 1926 consolidó su trabajo literario y su estabilidad económica. Luego su fama se fue disipando y los lectores se fueron hacia escritores como Oliverio Girondo, Leopoldo Marechal y Jorge Luis Borges, dese entonces su carrera literaria fue en una sola dirección: hacia abajo.
En 1927 se casó con una amiga de su hija Eglé, llamada María Elena Bravo, de 20 años, es decir, veintinueve años menor que él, con quien procreó a María Elena a quien cariñosamente le decían “Pitoca.”
En 1933 Quiroga recibió otro fuerte golpe cuando su amigo Baltasar Brum, político uruguayo que le había brindado un importantísimo apoyo económico al conseguirle varios cargos públicos, se suicidó. Los problemas con su mujer se habían acrecentado y ella y su hija lo abandonan en 1936.
Quiroga se había enterado de que en los sótanos del hospital se encontraba encerrado un paciente con espantosas deformidades similares a las del célebre “Hombre Elefante”. Exigió que el paciente, llamado Vicente Batistess, fuera alojado en su cuarto. El 18 de febrero de 1937 a los 58 años de edad, enterado de que tenía cáncer de próstata, salió del hospital, visitó a dos o tres amistades y a su hija; en la farmacia compró cianuro y volvió al hospital en la noche. Al día siguiente fue encontrado muerto. Eglé, se suicidó en 1938 y Darío en 1952.